Con claridad y de forma rotunda, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, aseguró ayer que el compromiso para darle una solución a la anulación del Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) de Ourense "es total", y de esa forma evitar que la difícil situación económica de la ciudad "se agrave".

El jefe del ejecutivo gallego, que asistió a la fiesta del Porco Celta en el Concello ourensano de Beariz, criticó que no hubiese "un plan B adelantado y ultimado", cuando se sabía, intuía y era más que previsible que se podía producir la anulación del planeamiento urbanístico aprobado en 2003, y que se confirmó el pasado jueves con la sentencia del Tribunal Supremo.

Sobre está cuestión fue muy concreto Núñez Feijóo: "Es responsabilidad del Concello de Ourense que no tengamos un documento alternativo que pudiésemos utilizar de forma inmediata". Pero dicho esto, reveló que por parte de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras, "hay todo el interés para hacer todo, y digo todo, lo posible para disminuir los impactos que pueda tener la anulación del planeamiento urbanístico de Ourense".

Pero lamentó que siendo una cuestión que estaba prevista –la anulación del PXOM–, el problema debería tener varias soluciones, no solo una, dispuestas para que fuesen operativas a las 24 horas de consolidarse la anulación, algo que no sucedió, y de ahí que se llegase a la situación actual, con la vigencia del Plan de Urbanismo de 1986.

Esto no significa para Feijóo que la Xunta "no tenga todo el interés del mundo, y hará todo lo que sea necesario, desde el punto de vista legal y administrativo", para dar prioridad por parte de la Secretaria Xeral de urbanismo a una solución para Ourense, al recordar que "es la tercera ciudad de Galicia", y que en estos momentos "necesita todo el apoyo".

Proyectos prioritarios

El compromiso y la disposición a colaborar que dejaba patente el presidente de la Xunta no fue óbice para reprochar un "comportamiento bastante poco inmediato" del gobierno bipartito", que sabiendo que se iba a producir la anulación del plan de urbanismo "no activó el plan B antes de que se produjera", indicó.

En relación a los proyectos prioritarios que se deberán "garantizar", Núñez Feijóo explicó que "necesitamos que el Concello concrete el alcance y el contenido del plan B", la Xunta asumirá el compromiso de verlo con carácter urgente", para lo cual anunció que "se sacarán horas adicionales que sean necesarias" por parte de la Secretaria Xeral de Urbanismo y prorizar políticamente una solución a lo que considera un problema jurídico y formal.

Y dejar claro que mientras esto no se produzca, las competencias que automáticamente asume la Xunta en materia de urbanismo las ejercerá de forma inmediata, al objeto de evitar los perjuicios que conlleve la anulación del PXOM.

Ante la situación que se produjo, Núñez Feijóo quiso enviar un mensaje de tranquilidad tanto a los ourensanos como al sector de la construcción, en el sentido de que la Xunta de Galicia sabe que Ourense "tiene un problema", y que se llevarán a cabo todas las actuaciones necesarias para "priorizar" la solución a ese problema".

Sostiene que ahora toca trabajar con mayor rapidez, debido a que en su momento no se hicieron las cosas y se dejó pasar el tiempo, en alusión clara a la actuación en este tema por parte del gobierno bipartito durante los últimos años, sobre todo después de anunciar de forma reiterada que iba "caer" el plan de Urbanismo.