Cualquiera puede verles haciendo fotocopias, reponiendo en un supermercado, de bedeles en edificios institucionales o auxiliares oficinistas y como operarios en cadenas de producción. Son perseverantes y muy cumplidores en su puesto de trabajo, sociables y de corazón inmaculado.

La asociación de personas con discapacidad intelectual de Ourense ADO se ha propuesto normalizar la presencia de los chicos "down" en todos los ámbitos de la vida trabajando con mayor rigor en el desarrollo de su autonomía y la integración laboral. Que algún día puedan dejar el hogar familiar y vivir de forma independiente es el objetivo final.

ADO nació en septiembre del pasado año como resultado de la escisión de otra asociación y en la actualidad cuenta con 32 socios numerarios, 20 colaboradores, 18 usuarios adultos, dos adolescentes y un bebé con el que trabajan motricidad y lenguaje. Pendientes de la llegada de ayudas económicas subsisten de la autofinanciación pero su gran propósito es lograr un empleo para cada uno de sus alumnos.

Sonia Prado es una joven en situación de paro que se dedica de forma voluntaria a la preparación laboral de estos chicos: "A ver si lo sacamos arriba", dice mientras sigue con todo detalle aunque siempre desde un segundo plano la fiesta de disfraces que el grupo de adultos celebró en el local de la asociación el viernes noche.

Lo que para el grupo se organizó como una cena baile en la que cocinaron y pusieron la mesa sin apenas ayuda, para ADO es un actividad más de su programa. Según explica la psicopedagoga voluntaria Esther Rodríguez, "queremos que desarrollen sus habilidades sociales y si detectamos algún déficit lo trabajamos escenificando situaciones en contextos reales". Algo tan simple como salir a tomar un café, pagar y recibir el cambio o ir solos al gimnasio es todo un logro: "Cuando ven que son capaces mejora la percepción que tienen de ellos mismos y ganan en carácter. Se motivan para aprender más", afirma Esther.