En tres días consiguieron lo que no habían logrado en meses. Los afectados por las obras del AVE en el barrio de O Pino madrugaron ayer para reunirse con representantes de Adif y Copasa en la Alcaldía, de donde salieron con el compromiso de que sus propuestas serían estudiadas y la palabra del primer edil Francisco Rodríguez de que solicitará a Fomento en nombre del Concello de Ourense que se mantenga el actual túnel de acceso a los núcleos de Santa Ana, Rezavella, Santa Catalina, Bobadela y Tarascón, entre otros, como camino peatonal para evitar que los más de 200 vecinos afectados tengan que dar un rodeo de varios cientos de metros para llegar a la N-120.

La cita se fijó el lunes, el mismo día que la comisión anunció que el miércoles (por ayer) cortaría el tráfico en la carretera de Vigo para protestar por el estado "lamentable" en el que están sus calles por la incidencia de las obras y porque el proyecto del AVE contempla el cierre del túnel de las torres por el que actualmente se accede a estos núcleos. Consiguieron lo que querían pero no desconvocaron: "Tenemos que demostrar que somos capaces de cortar una carretera y que estamos todos unidos", explica la portavoz de la comisión de afectados, Edita Blanco.

Así que antes de entonar consignas como "O Pino existe" o "aquí no pasa nadie" frente a los vehículos parados, los 200 afectados ya habían conseguido abrir una vía de diálogo con Fomento para introducir en el proyecto y en los trabajos de ejecución matices que mejoren su calidad de vida. Se quejan de que llevan un año sufriendo los inconvenientes de las obras que han embarrado sus caminos, anulado accesos y levantado muros frente a las ventanas de algunas casas. Adif se comprometió a estudiar que este muro de 3,7 metros de altura sea transparente, pero señaló que esto estará condicionado por el reglamento de vibraciones. Por su parte, Copasa instalará una plataforma metálica con barandilla para que los vecinos puedan caminar tranquilos sin riesgo a caerse.