Como un grano de arena más en la lucha por la igualdad real del colectivo de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales. Así nació en el seno del PSOE el grupo LGTB. Y en Ourense tiene voz propia, con su propio grupo, coordinado por José Manuel Montero.

-¿Cómo está funcionando el grupo de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales en la provincia?

-En Ourense estamos trabajando actualmente con cinco o seis personas en función de la disponibilidad de cada uno y vamos haciendo un trabajo en grupo con actividades como la que acabamos de impulsar. El concurso literario “Trasgrafías, vidas en sete cores” sobre la realidad homosexual en Galicia nació por iniciativa mía vinculado, precisamente, a ese interés que tenemos por lograr la normalización social. Cualquier actividad que hagamos nos sirve, además, para que la gente vaya sabiendo que en el partido socialista hay un grupo específico para gays, lesbianas, transexuales y bisexuales al que tiene acceso cualquier ciudadano.

-¿Hay una necesidad imperante para que se pongan en marcha este tipo de grupos?

-En la provincia estamos censados a datos del Instituto Nacional de Estadística de 2009 más de 335.000 vecinos y la tasa de nupcialidad homosexual es de siete matrimonios el pasado año. Es una tasa preocupante en relación con otros territorios, pues en el conjunto del Estado estos matrimonios aumentaron un 10 por ciento con respecto al año 2008. En Ourense hay una de las tasas más bajas de España, junto con Lugo que aún la tiene inferior (cuatro matrimonios en 2009). Eso nos invita a la reflexión porque evidencia que aún estamos cediendo a determinados clichés y estereotipos. Necesitamos una renovación, un proceso de normalización. En esa línea se enmarca la actividad que hacemos de “Xantar pola visibilidade rural”, que ya se celebró en Monterroso y que este año traemos a Ourense, previsiblemente en Carballiño.

-Sostiene que no es un grupo cerrado.

-Esto no es un trabajo sólo de los que tenemos una orientación sexual considerada minoritaria. Es un trabajo dirigido también a los heterosexuales y a toda la gente que quiera sumarse, todos serán bienvenidos.

-¿Ourense es todavía una ciudad de mentalidad cerrada?

-Sinceramente creo que sí, aunque me alegra decir que en mi última visita a la agrupación de Xinzo pude comprobar como los jóvenes de entre 16 y 19 años empiezan a tomar el tema de otra forma. No obstante, la gente de más edad aún no lo tiene tan bien asimilado. Por eso estamos trabajando y espero ver implantados en breve los servicios de mediación.

-¿Qué aportarían?

-El servicio de información y mediación permitirá trasladar un asesoramiento jurídico, psicológico y un conjunto de ofertas a aquellas personas que por su orientación, su edad o por la razón que sea no quieren dar el paso. Eso sí, queremos que quede muy claro que nosotros no queremos inmiscuirnos en sus vidas, queremos ayudarlos si ellos quieren que se les ayude.

-¿Cuál es el mayor obstáculo para sus fines en una ciudad como esta?

-Tenemos una población muy envejecida y con eso contamos, pero no la gente de más edad tiene porqué ser la mas reaccionaria. Nosotros intentamos explicar que el modelo de familia ha cambiado y si no lo entienden buscamos que lo canalicen de la manera más respetuosa. Trabajamos para que en Ourense tener una orientación diferente no sea sinónimo de ser el repudiado.