El levantamiento de un segundo muro de hormigón en el Centro Penitenciario de Pereiro de Aguiar blindará por completo la seguridad del edificio para evitar más fugas de reclusos.

Los últimos casos de evasión se produjeron en 2007, aunque periódicamente hubo otras tentativas, todas abortadas por la Guardia Civil. Sin ir más lejos, el pasado mes un preso intentó escapar escalando el muro con una cuerda confeccionada por él mediante trozos de tela.

Las actuaciones para reforzar tanto la seguridad exterior como interior fueron financiadas por el Ministerio de Interior dentro del Plan E. La financiación, que también comprende la construcción de una nave dedicada a los talleres de trabajo productivo y a la colocación de placas solares para mejorar la eficiencia energética, contó con un presupuesto de más de dos millones de euros.

El director del centro ourensano, Juan Carlos Salvador, destacó la necesidad de estas obras porque "mejorarán la seguridad exterior e interior del centro, así como el confort de los propios internos".

Durante la visita a los trabajos realizados Salvador estuvo acompañado por el director general de Gestión de Recursos de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, Antonio Puig Renau, y por el gerente del Organismo Autónomo de Trabajo Penitenciario y Formación para el Empleo, José Ceferino Ruiz. Los tres coincidieron en destacar la importancia de las actuaciones para "mantener la seguridad de todos los ciudadanos, evitar la reincidencia, favorecer el aprendizaje de los hábitos de trabajo y facilitar la reinserción".

La complejidad de las obras se tradujo en la utilización de más de 1.500 kilogramos de explosivos y en una sobrecarga de trabajo para los funcionarios penitenciarios. El numeroso movimiento de maquinaria y personal necesario para una obra de tal magnitud supuso un "importante reto diario para evitar incidencias", explicó Juan Carlos Salvador. En este sentido, destacó el papel desarrollado por la empresa pública Tragsa, responsable de las actuaciones.

Inserción laboral

Entre otras actuaciones, se incluyó la construcción de una nave destinada a albergar talleres productivos, con una superficie construida de csi 700 metros cuadrados distribuida en planta baja y planta alta para oficinas, vestuario y almacén, dotada de un presupuesto de casi medio millón de euros.

De esta forma, el centro penitenciario ourensano ahonda en sus políticas de rehabilitación y reinserción social de los reclusos aportándoles todos los instrumentos necesarios y la formación laboral precisa para encontrar un trabajo cualificado en el exterior tras el cumplimiento de sus condenas.