El presupuesto de la Diputación bajará un diez por ciento, por lo que se reducirá a poco más de 70 millones de euros, según vaticina el presidente de la institución provincial, José Luis Baltar, que teme un importante recorte de las aportaciones de la Administración central. Según el pronóstico de Baltar, las inversiones en los concellos experimentarán una caída similar, por lo que la administración local tendrá que ajustarse el cinturón, al perder uno de cada diez euros en las partidas que estaba recibiendo hasta ahora.

José Luis Baltar resalta la confluencia de "dos factores negativos" para la elaboración de presupuestos, que son la caída que se está produciendo en la recaudación de impuestos, por parte de la Administración central, de los que se nutren las arcas provinciales –la Diputación carece de recaudación propia-, y los adelantos periódicos que el Gobierno le fue haciendo, con arreglo a la media del año anterior, por lo que es posible que las diputaciones hayan cobrado cantidades superiores a las que le corresponde, que tendrían que reintegrar. En ese caso, el presidente ourensano espera "flexibilidad", para evitar que el sistema entre en crisis y que los recortes en las inversiones sean más traumáticos.

Esa fue la razón por la que el grupo de gobierno rechazó la moción que presentó el grupo socialista, en la que solicitaba que la Diputación realizase un programa complementario del Plan E, dotado con cuatro millones de euros, para dinamizar la economía y fomentar el empleo en la provincia de Ourense, como medida de choque contra la crisis que se está registrando. Baltar se negó a aceptar la medida, ante la incertidumbre que se cierne sobre las arcas de la Diputación, al temer un brusco desplome de ingresos, cuando la institución se encuentra en el límite de endeudamiento permitido.

Cortes de luz

Los representantes del PSOE y del BNG, Alfredo García y Xosé Manuel Fírvida, respectivamente, defendieron con similares argumentos la necesidad de que la Diputación recortara la partida de cuatro millones de euros que reparte cada año el presidente en subvenciones, a los concellos y entidades de distintos tipos, "de forma discrecional", para destinarlos a inversiones reales, ante la emergencia que supone la crisis económica. Pero el grupo de gobierno se escuda en la incertidumbre existente para no comprometer ninguna partida de gasto, destinada al apoyo de los concellos, a pesar de que a algunos ya les llegaron a cortar el suministro eléctrico.