Los chinos inventaron la cometa hace más de dos mil años y hacerla volar es uno de sus principales pasatiempos. La primavera es la mejor época para hacerlo y por eso ayer un nutrido grupo de familias con hijas chinas de adopción, inmigrantes chinos en la ciudad y ourensanos simpatizantes de la cultura oriental se reunieron en el complejo deportivo de Monterrei para hacer volar sus flautas de viento.

Flauta de viento es la traducción al español del término chino para designar las cometas, papaventos en gallego, que la cultura oriental inventó con fines bélicos. Fabricados con bambú y papel de arroz, y decorados con motivos animales y colores llamativos, imitan el vuelo de las aves e incluso invitan a la meditación. Y aunque fue Marco Polo quien introdujo este juego en Europa en el siglo XIII, los chinos siguen siendo expertos en hacer volar estos coloridos objetos.

Xian Fu lo demostró ayer en Monterrei, donde con absoluta tranquilidad y discreción, manejaba la cometa que mayor altura alcanzó y la que más tiempo se mantuvo en vuelo. A sus 67 años no ha dejado nunca de practicar este arte cuyo secreto se basa en el equilibrio.

La actividad organizada por la asociación para la promoción de la cultura china “Yin yang” reunió ayer en Monterrei a decenas de personas entusiasmadas con este juego. Algunas de las familias que adoptaron niñas en China, entre ellas los padres de Pablo, el único niño chino con padres no biológicos en Galicia, hicieron volar cometas originales compradas como souvenir en el país asiático cuando viajaron a buscar a sus hijas y que todavía no habían estrenado.

Para los que no disponían de “papaventos”, Lois Pardo de la asociación de tiempo libre Altega, montó un obradoiro de elaboración de cometas con material doméstico. A la una de la tarde, una treintena de flautas de viento sobrevolaban el cielo de Monterrei. Eso sí, unas con mayor destreza que otras.

La actividad emocionó tanto a los niños como a los padres y sirvió como toma de contacto entre las culturas oriental y occidental. La presidenta de “Yin Yang”, Marisol Sun, explicó ayer que esta asociación nació con el ánimo de acercar a la sociedad ourensana la cultura china, al tiempo que se estrechan lazos entre las familias con hijas chinas y el colectivo de inmigrantes chinos.

La fiesta que se celebró ayer pretende ser la primera dentro de una serie de Encontros de Papaventos Chineses en Ourense que complementan las actividades iniciadas por la asociación recién constituida y que ya ha festejado en dos ocasiones el Año Nuevo Chino. Marisol Sun vive desde hace años en Ourense y se muestra muy feliz de la llegada de niñas en adopción: “Sé que aquí tienen mucho futuro”. Su reto es extender el idioma en la ciudad y con tal motivo imparte clases de chino a más de 100 alumnos en tres colegios.