En lo que respecta al tercer y último subtramo de la autovía, cuyas obras se prolongarán al menos hasta la primavera de 2019, la mayor parte del trabajo está concentrado ahora en el principal desmonte, a la altura de O Meixueiro. Después de un par de semanas con trabajos de retirada de las capas más superficiales de material con la ayuda de excavadoras, la empresa constructora -la UTE formada por Covsa y Taboada y Ramos- inició este martes las voladuras con dinamita del talud, que en un comienzo sumaba 400 metros de largo y 50 metros de alto.

Gracias al desvío provisional limitado a 40 kilómetros por hora que entró recientemente en funcionamiento, estas explosiones no implican un nuevo cierre parcial del Corredor. Únicamente se acuerdan cortes de la circulación de un máximo de cinco minutos durante las detonaciones. El material que se desprende se puede retirar sin problemas al no precipitarse sobre el desvío.

Para mañana están previstas tres nuevas voladuras en este talud, que implicarán otros tantos cortes de cinco minutos. Se efectuarán a las 13.00; 15.00 y 17.00 horas.

Ante el temor de los vecinos que residen más cerca de este talud, las precauciones en las explosiones se están extremando. En la del martes se constató que no provocó ningún problema. La empresa instaló incluso sismógrafos para medir las vibraciones.