La reforma de la calle Miguel Enríquez del barrio moañés de O Real comenzó a principios del mes de enero y, en estos momentos, todavía no está finalizada. Se modificó ya la circulación permitiendo solo el sentido descendente, frente al doble sentido anterior. También se construyeron las aceras más anchas que se habían proyectado, llegando a los 2,5 metros. Además, se ganaron una docena de plazas de estacionamiento, en un barrio muy urbano con claros problemas de aparcamiento.

Sin embargo, las vallas de obra siguen ocupando parte de esas plazas. Desde el Concello la alcaldesa, Leticia Santos, explica que el retraso se debe a que esperan por el permiso de la Diputación para ejecutar el dinero ahorrado con la rebaja obtenida en la adjudicación, que partió de 20.000 euros para actuar sobre unos 600 metros cuadrados de calle, con unos 90 metros de largo.

Con la rebaja esperan costear trabajos de jardinería para plantar en la acera cuatro árboles de especies que se adapten a una malla urbana como la de O Real.

En una situación idéntica se encuentra la obra de construcción de una plaza pública en la calle Ramón Cabanillas, en donde el Concello derribó una antigua vivienda en ruinas. La entrega de las obras está pendiente también de la aprobación de una rebaja que permitirá la instalación a mayores de una barandilla de seguridad.