No hubo indulto y eso que tanto desde la propia comitiva como desde el público asistente se lamentó que no se contemplase esa posibilidad, al igual que sucede en las Fallas valencianas. Y es que la tristeza por la quema del Paxaro de Mal Agoiro fue ayer más sentida que nunca, ya que el diseño realizado por el artista e ilustrador Marc Taeger, con una base de hojas de maíz, convenció a propios y extraños por su originalidad y belleza. El Paxaro fue la estrella de un desfile que reunió a las comparsas y grupos del municipio para recorrer calles como Montero Ríos o Pazos Fontenla al ritmo de la música y el baile, para desembocar en la muerte anunciada en la playa de Banda do Río.

Vikingos, grupos con vestimenta con claras referencias al Quijote, niños ataviados con trajes regionales, personajes del musical de El Rey León y hasta una atípica boda llenaron de alegría unas calles en las que estuvieron presentes las cinco comparsas de Bueu: Os Kantaclaro, Vou nun bou, As Faltriqueiras, Os Mulos e Os do Pinsel, pero también alguna llegada de los alrededores, como Marcha Loca de Aldán. La fiesta fue tal que algunos de ellos aún estaban desfilando cuando se procedió al sacrificio del Paxaro. Fue una muerte limpia, ya que en apenas un par de minutos se consumió mientras los fuegos artificiales levantaban la admiración del respetable.

Pero la fiesta continuaba. La carpa de Banda do Río acogió la entrega de premios a las diferentes agrupaciones, que ofrecieron una última actuación antes de la verbena amenizada por el grupo Los Tres Latinos. Fue casi el punto y final al Entroido, ya que el próximo fin de semana será el momento de los bises. El viernes la Casa do Pobo de Beluso acogerá el Festival de Comparsas del Bueu Atlético, que repetirá el sábado en el Centro Social do Mar.