El periodo navideño no supone un freno en los trabajos para convertir el Corredor do Morrazo en una autovía. Los operarios de los dos primeros subtramos, que están cerrados al tráfico desde el 9 de octubre y que deben reabrirse ya con cuatro carriles en el mes de mayo, continúan trabajando para acelerar las obras. Esta misma semana han llegado al tramo de Meira nuevas vigas para instalar en el segundo viaducto da Mó, que debe estar listo entre finales de enero y el mes de febrero.

El camión con las vigas llamó la atención de los conductores que se lo encontraron en la rotonda de Domaio.

El segundo viaducto da Mó, que se levanta por la margen sur de la estructura original, es una de las obras más complejas del segundo subtramo de autovía, que está construyendo la empresa Dragados y que discurre entre la salida de San Lourenzo y la de Meira.

Ya en noviembre, casi todos los tramos de los nuevos carriles en este segundo subtramo estaban muy avanzados, utilizando para su constricción una capa asfáltica base que es visible en toda su longitud. El firme se asienta sobre un suelo estabilizado, una capa de suelo-cemento y tres capas de aglomerado asfáltico.

Además del viaducto da Mó, el trabajo más intenso y complejo de este subtramo se corresponde con el llamado "desmonte 4", que implica las voladuras a lo largo de unos 500 metros en un talud de gran tamaño. Se trata del segundo talud de todo el tramo en entidad, por detrás del que medía 60 metros de altura y cuyo desmonte obligó al primer corte estable de la circulación en el Corredor en el año 2016.

En lo que respecta al segundo viaducto, este cuenta con una altura de 58 metros y un total de 11 vanos. Ya se han instalado más de la mitad de las vigas necesarias. Los operarios trabajan desde noviembre en instalar, a mano y pieza a pieza, toda la armadura metálica sobre la que, una vez instaladas todas las vigas en los correspondientes vanos, se asentará la capa de hormigón y el asfalto.

En total los trabajadores de Dragados instalan 20.000 kilos de acero por cada vano, lo que supone una armadura total que sumará 220.000 kilos de piezas metálicas.

La intención es que las últimas vigas se ubiquen a partir del 22 de enero.

Cada día trabajan en este viaducto 10 operarios. Cada uno de ellos instala una media de una tonelada diaria de acero correspondiente a la armadura.

En estas fechas también está en ejecución, en el primer subtramo, la compleja ampliación del túnel de Montealegre, en Domaio.