Después de cinco años de tramitacion, la Indicación Xeográfica Protexida (IXP) Ribeiras do Morrazo es ya una realidad y los productores de vino de O Morrazo (Cangas, Moaña y Bueu) y de los otros concellos próximos que forman el ámbito geográfico (Marín, Vilaboa, Poio, Pontevedra y Redondela) podrán vender sus cosechas, no sólo en España sino exportar a Europa, amparados bajo las etiquetas de esta "marca" de calidad. La Unión Europea, tal y como ayer confirmó la conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, a representantes de esta indicación en una reunión en Santiago, inscribirá en los próximos días la marca después de que la solicitud realizada desde Galicia se sometiera a exposición pública en el Diario Oficial de la Unión Europea (DOUE) el pasado 5 de agosto y no se presentaran alegaciones.

Según los datos de la consellería, la superficie potencialmente productora de uvas para esta IXP Ribeiras do Morrazo estaría entre 1.000 y 1.500 hectáreas, siendo el albariño la variedad de uva más representativa. De todas formas, para la elaboración de este vino también es admisible las variedades blancas de caíño blanco, godello, loureira, treixadura, blanco legítimo y torrontés. Según el registro Vitícola de Galicia, en esta zona hay 25.414 viticultores, que cuentan con algo más de 73.000 parcelas de viñedo, datos que indican que se trata de un territorio con una producción minifundista donde buena parte de la cosecha es para autoconsumo.

La tramitación de esta Indicación Xeográfica Protexida abre un nuevo abanico de posibilidades económicas para los viticultores, de hecho en Cangas ya se dio licencia municipal para la apertura de una bodega en Pinténs, en O Hío, que sólo está pendiente de los últimos pasos burocráticos en Sanidad para poder abrir. En la bodega se etiquetará el vino como "Ribeiras do Morrazo" junto al nombre que le vaya a dar el cosechero a sus botellas.

A la reunión con la conselleira acudieron a Santiago en representación de la Indicación, su portavoz actual, Guillermo Martínez, dueño de la bodega "Os Areeiros", de Vilaboa; y Fina Cabaleiro, de Bodegas Ardán, en Marín. Por el momento, dentro de la zona de la IXP hay cuatro bodegas, según el portavoz, (la Xunta habla de siete). Además de estas dos, Guillermo Martínez asegura que están la del Monasterio de Poio, de la que se encargan los religiosos de la orden de este templo; y Reboraina, de Redondela. Las más grandes son las de Vilaboa y Redondela, con una producción anual de unas 25.000 botellas y con menor volumen se encuentran las de Poio y Marín, en torno a 10.000 botellas cada una.

Guillermo Martínez manifestaba su satisfacción al término de la reunión con la conselleira de Medio Rural, de la que asegura que ha dado un gran impulso a la tramitación de esta Indicación Protexida.

Reconoce que la Xunta de Galicia ya había aprobado en el pasado mes de marzo una protección nacional transitoria que hacía posible que los vinos de la cosecha de 2017 ya pudieran contar con la etiqueta de IXP Ribeiras do Morrazo, pero, sin embargo, tal y como reconoce el productor de Vilaboa, todavía no se han etiquetado botellas dado que están a la espera de cubrir los trámites de certificado con el Instituto de la Calidad Alimentaria (INGACAL), que es el ente de derecho público, dependiente de la Consellería de Medio Rural de la Xunta, encargado de la comprobación del cumplimiento del pliego de condiciones. El INGACAL entrega las contraetiquetas con una codificación específica para cada botella de cada partido destinada a ser comercializada con la Indicación Ribeiras do Morrazo que se ajuste a los parámetros establecidos. También comprueba que los operadores tienen capacidad para cumplir los requisitos, que disponen de un sistema de autocontrol y trazabilidad que permite acreditar el origen de la uva, variedades empleadas, rendimientos de producción, de elboración de vino sobre la cantidad de uva y análisis de los parámetros químicos.

Este instituto, mediante la toma de muestras, certifica que el vino comercializado bajo esta indicación geográfica cumple con las especificaciones (graduación alcohólica contenido máximo de azúcares totales, acidez y contenido máximo de dióxido de azufre).

Guillermo Martínez asegura que la intención es empezar a embotellar con la etiqueta a principios del próximo año. Asegura que una vez que la Comisión Europea formalice l inscripción, el primer paso que van a dar es nombrar la directiva de la Indicación y "empezar a vender". Asegura que esta aprobación es un motivo más para que el sector crezca.