Hay quien prácticamente solo acude en estas fechas. Hay otras personas que acuden con asiduidad semanal o mensual. Pero para unos y otros los días de Todos los Santos y Difuntos son fechas especiales. Jornadas en las que el recuerdo de los que ya no están parece mucho más presente. Cientos de vecinos acudieron ayer y volverán hoy a los cementerios de las distintas parroquias de O Morrazo para honrar a los muertos y, de alguna manera, transmitir que no se han ido del todo. Que siguen vivos en el recuerdo y en el corazón de los que los que compartieron con ellos el camino de la vida.

Por un día estos lugares de recogimiento y silencio parecen rebosar vida e incluso color, con las distintas especies de flores con las que las familias adornan las lápidas y nichos de los cementerios. La afluencia a los cementerios fue continua a lo largo de todo el día en Bueu, Cangas y Moaña, donde se implantaron planes especiales de tráfico para evitar problemas en los accesos. Movimiento en el interior y en los alrededores, donde los puestos de venta de flores tienen una de las fechas señaladas del año.

La mayor intensidad de visitas se registró por la tarde, cuando en la mayoría de parroquias se celebraron misas en los propios camposantos. A pesar de que la tradición de visitar a los difuntos en estas fechas sigue viva también es cierto que cada año la afluencia mengua un poco más. "Nada que ver con lo que era antes. Y no hablamos de hace tanto. Esta tradición sigue viva por los mayores, pero a medida que ellos se van marchando parece que también esta costumbre se muere un poco más", contaban con tristeza algunas de las personas que no faltan nunca a esta cita con la vida y la muerte.