Hace más de una década, algunos vecinos de las parroquias canguesas ya se quejaban de que la correspondencia les llegaba tarde o a direcciones incorrectas por la falta de señalización de calles y caminos, y desde Correos alegaban esas mismas razones para la demora o el extravío. Los hechos se repetían en distintos puntos del municipio, en muchos casos debido al boom urbanístico que levantaba construcciones y formaba núcleos a mayor velocidad que la respuesta de las administraciones para registrarlas. El Concello reconoció la necesidad de hacer un estudio de campo para definir los topónimos e iniciar la rotulación de calles y casas, pero entre la "complejidad" del trabajo y la falta de presupuesto, su aplicación se fue demorando hasta finales de 2014, cuando el anterior gobierno local lo retomó.

Desde entonces se utiliza un mismo modelo de cartelería y numeración, grafiados en blanco sobre fondo azul y con el escudo del Concello, y la intención es poner al día todo el callejero municipal, por fases, ya que se trata de una labor compleja al abarcar centenares de calles, caminos y lugares, miles de solares, viviendas y otras construcciones, además de la recuperación toponímica.