Aunque los vecinos de las calles afectadas celebran cualquier medida que contribuya a compatibilizar el ocio nocturno con el descanso, los directivos de la asociación Santiago Apóstol insisten en que la normativa actual ya ofrece margen de maniobra al Concello y a las fuerzas y cuerpos de seguridad para actuar, y solicitan que se haga, porque también es cuestión de voluntad. Creen que la Policía Local y la Guardia Civil deberían tener presencia permanente en las zonas conflictivas, al menos los fines de semana durante las horas más concurridas, actuar de inmediato y sancionar a los que incumplan.

Pazos, así como los jefes de la Policía y de Urbanismo, aseguran que ya se está actuando desde el Concello, que en las últimas semanas ha impuesto varias multas, dos de ellas de 600 euros a un local de la calle Ferrol por incumplir los horarios de cierre, pero los medios municipales son escasos, solo disponen de dos o tres agentes por turno y los efectivos son insuficientes para atender de forma continuada los problemas de la "movida" si no es de forma conjunta con la Guardia Civil.

Los representantes vecinales anunciaron que volverán a pedir a la Subdelegación del Gobierno que dé ese paso y puedan patrullar juntos varios agentes municipales y de la Benemérita. La dotación de plazas policiales a corto plazo, probablemente después del verano, permitirá "aliviar" la situación, anuncia el alcalde.