La Xunta, a través del personal de mantenimiento de carreteras autonómicas, ha iniciado los trabajos para asegurar de forma definitiva el talud de la carretera general de la comarca PO-551 que ya ha sufrido desprendimientos de piedras al menos en dos ocasiones en los últimos meses.

Los trabajos arrancaron con el fijado y drenado de la pared del monte utilizando barras de hierro. Desde el Concello la concejala de Obras e Servizos, que reclamó por carta en varias ocasiones la adopción de medidas, espera que se acabe sellando todo el talud.

En estos momentos está vallado y acordonado a lo largo de un tramo de acera peatonal cerca del cruce de A Guía. Todavía se aprecia la piedra que se desplomó a comienzos de este mismo mes. En el pasado diciembre también hubo problemas de este mismo estilo.

En ambas ocasiones, las solicitudes a la Consellería de Infraestruturas por parte del Concello se acompañaron de informes de la Policía Local, que alertan sobre el peligro que supone este talud inestable dado que las piedras pueden caer de una altura de 10 metros. Incluso llegaron a ocupar una pequeña franja de carretera.

El último desprendimiento desplazó un contenedor de basuras orgánicas hacia el asfalto.

En ninguno de los dos desprendimientos que se produjeron en los últimos seis meses no hubo que lamentar daños físicos ni materiales, aunque desde el gobierno local señalan que es un tramo de aceras transitado por los vecinos de Meira. Se espera que el problema quede resuelto en los próximos días.

Se espera también que en breve se dote de aceras al tramo de la PO-551 entre Domaio y Meira que todavía carece de espacio para los peatones.

Alcantarillas

Ayer también hubo limitaciones de velocidad en varios puntos de la PO-551 por la limpieza de alcantarillas. Sobre todo, los operarios tuvieron que vallar una pequeña parte de la transitada rotonda de Salitre, ubicada frente al Concello.