La parroquia original de Moaña volvió a convertirse en el epicentro municipal de la celebración del Corpus Christi. Tras una misa que se prolongó una hora, alrededor de las 13.00 horas partió la procesión con decenas de fieles, acompañados de la música de la banda y encabezada por el párroco bajo palio. Recorrieron todas las alfombras rodeando el cruceiro del barrio para regresar al templo románico.

El intenso calor hizo que acudiesen efectivos de protección civil, pero no tuvieron que intervenir por ningún problema.

En el caso de San Martiño, unos 25 vecinos, en su inmensa mayoría mujeres, han empleado unos 20 días en confeccionar las alfombras, casi todas de temática religiosa. Utilizando pétalos de rosas, hortensias y otras flores de época decoraron las sendas más largas con motivos florales. Las alfombras más llamativas contenían imágenes religiosas. A la salida principal del templo se encontraba una representación de la Sagrada Familia, y en el "atrio baixo" una imagen de la Virgen. Por primera vez utilizaron también conchas de berberecho para los dibujos. Además, también acudieron a la arena tintada para ejecutar, a los pies de las escaleras del atrio, un vistoso símbolo celta.

Más allá de los 20 días de trabajo, las voluntarias que se encargaron de esta muestra de arte efímero dibujaron todas las representaciones con tiza la noche del sábado. Esta mañana confeccionaron las alfombras desde las seis de la madrugada. Las organizadoras agradecieron el apoyo recibido por parte del Concello y de la Xunta de Montes de Moaña.