La dotación de agua caliente a los vestuarios del campo de fútbol es la "máxima prioridad" del Alondras, que acordó, en una asamblea con socios y familiares de jugadores celebrada ayer por la tarde en la grada, "iniciar movilizaciones" si antes de que termine el mes de abril el Concello de Cangas no coloca la caldera y habilita la instalación necesaria para dar el servicio. Las protestas comenzarían con la asistencia a los plenos de la corporación canguesa y también de la Diputación, haciendo oír sus reivindicaciones y silbatos, y de no obtener resultados, plantearían otras medidas que se someterían a la asamblea, entre las que barajan cortes de tráfico como los realizados en otras ocasiones.

No obstante, el presidente del club, Luis Guimeráns, apuesta por agotar la vía del diálogo y dar un margen de maniobra al Concello, a cuyos responsables recuerda que lo único que están pidiendo "é ter auga quente nos vestiarios" que evite a los alrededor de 260 deportistas de sus diferentes categorías tener que cruzar la carretera para ducharse en unas casetas provisionales -"barracóns", le llaman en el club- que además la empresa constructora quiere retirar. "Non podemos continuar nesta situación terceiromundista, tanto en seguridade como en hixiene", insiste el máximo dirigente alondrista, que dice llevar desde enero insistiendo en esa prioridad sin haber obtenido resultados prácticos.

Para Guimeráns, se están evidenciando las "grandes deficiencias" del proyecto, única cuestión en la que dice estar de acuerdo con los representantes municipales y que en la práctica padecen los jugadores, aunque el club no tenga culpa alguna de lo que redactaron y certificaron los técnicos, tanto de la Diputación como del Concello, "porque a firma do arquitecto municipal tamén está". De lo que se trata ahora es de corregir esas deficiencias, empezando por la puesta en marcha del sistema de agua caliente antes de que concluya la actual temporada.

Con respecto a la polémica sobre la caldera, el presidente del Alondras explicó en la asamblea que el proyecto contemplaba una instalación de pellets, un combustible que tendría que asumir el Concello, por lo que la directiva ofreció aprovechar la que ya había, accionada por gas, y destinar ese dinero a otros arreglos. Pero al realizar las conexiones, la empresa constata que esa caldera es incompatible -"non inservible", recalca- con la nueva instalación, lo que obliga a adquirir otra y el club tiene claro que esa inversión le corresponde al Concello, con el que tiene firmado un convenio de cesión de las instalaciones por 25 años. "Ese é o único trámite que falta. Acaso somos nós culpables de que nos lles sirva a que tiñamos?", cuestiona Luis Guimeráns, que también lamenta las "molestias" que esta situación causa a otros colectivos, como los de patinaje o tenis de mesa.

Margen para el diálogo

De momento, la directiva del club opta por no responder a las manifestaciones de los mandatarios municipales sobre las cuantiosas inversiones de dinero público -más de 1,25 millones en los últimos años- en un campo de propiedad privada, aunque recuerda que el Alondras acoge a más de 250 jugadores de todas las categorías, realiza una función social y es el club más antiguo de Cangas.