Cerca de 400 personas acudieron ayer a la iglesia de Santa María de Oural, en la localidad coruñesa de Boqueixón, para rendir el último homenaje al párroco de Bueu, Antonio Delfín Maceira Gago, fallecido trágicamente en la mañana del viernes cuando se encontraba en su casa familiar de O Grove.

Buena parte de los fieles que se dieron cita en el funeral y posterior entierro del sacerdote procedían de Bueu, en donde llevaba algo más de dos años de labor pastoral, y también de Marín, en donde se había hecho cargo en su momento de la parroquia de Santo Tomé de Piñeiro. En total se desplazaron tres autocares y un minibus desde O Morrazo, además de coches particulares. La representación institucional contó con el edil de Relacións Institucionais del Concello de Bueu, Fidel Castro, y con los concejales del Partido Popular Manuel Santos Pires y Pilar Otero. Entre los presentes también pudo verse a alguno de los curas de O Morrazo. La iglesia se hizo pequeña para poder acoger a todos aquellos que quisieron rendir sus respetos al cura fallecido, que contaba con 61 años de edad.

El funeral fue oficiado por el obispo de Santiago, Julián Barrio, y por varios sacerdotes. Precisamente estos fueron los encargados de transportar los restos mortales de Antonio Maceira desde el templo al pequeño camposanto anexo, en donde reposan ya. Maceira fue encontrado muerto el viernes en el jardín de su casa de O Grove, por causas naturales. El cuerpo del sacerdote yacía tendido en el suelo y fue encontrado por unos amigos que habían quedado con él.