Un grupo de 15 alumnas de 4º de ESO del IES Johán Carballeira cambiaron ayer las aulas del instituto por el tapiz de las instalaciones del Club de Loita Morrazo, en el pabellón de Bueu. La de ayer fue una clase distinta, con teoría y práctica a partes iguales y con un objetivo muy claro: enseñar unas nociones sencillas y básicas para que las jóvenes puedan defenderse ante un supuesto de una agresión de violencia de género o sexual. Unas técnicas efectivas que en caso de emergencia pueden ser la diferencia entre salir indemne de una situación potencialmente peligrosa o un final no deseado.

El maestro ayer fue Fabián Thiebaut, del Clube de Loita Morrazo y de la Federación. Con un simple llavero y unas llaves hizo la primera demostración a las jóvenes de que algo en apariencia tan inofensivo puede convertirse en un aliado importante. "Un llavero, con sus llaves, no es un cuchillo, pero si lo llevas agarrado en la mano con alguna de las llaves sobresaliendo entre los dedos puede ser muy útil. Si te agarran por la espalda te puedes girar y golpear con esa llave en el rostro", les explicó el instructor. "Es solo un centímetro, no se va a causar ninguna herida mortal. Pero vas a provocarle un daño y un dolor al agresor que le obligará momentáneamente a soltarte", ilustró.

El taller de ayer tuvo mucho de práctica y las jovenes, de entre y 15 y 16 años, tuvieron la ocasión de poner en práctica entre ellas algunas de las enseñanzas de Fabián Thiebaut. Una de las más importantes es la reacción ante un intento de asfixia, cuando una persona de más fuerza acorrala a su víctima contra una pared e intenta asfixiarla. El monitor les mostró algunas de las maneras más efectivas de zafarse. Una de ellas es el golpe o patada en los genitales. Pero en caso de que eso no sea posible debido a la altura del agresor o a su posición hay otros impactos igual de efectivos. "Una buena manera es golpearle con ambas manos en los oídos. Es uno de los órganos que influye de manera decisiva en el equilibrio del cuerpo humano, si damos un golpe a alguien en los oídos se genera un desequilibrio y un mareo", les mostró Thiebaut.

El taller práctico de ayer incluyó la recreación de otro tipo de situaciones, con consejos de lo que se debe evitar. "En una agresión en la que nos tiren al suelo hay que intentar permanecer boca arriba. Si nos quedamos boca abajo no tenemos ninguna opción de defendernos, estamos indefensos. Pero si estamos boca arriba si podemos actuar", les contó. ¿Cómo? Pues con un golpe en la traquea del atacante, lo que le provocaría dificultades para respirar, o sencillamente metiéndole los dedos en los ojos, algo realmente doloroso y molesto.

A pesar de todas estas recomendaciones el maestro del Clube de Loita do Morrazo y de la Federación Galega de Loita también hizo hincapié en otro aspecto: el sentido común. Elegir bien los amigos, o evitar el consumo de sustancias como el alcohol o las drogas, cuyos efectos provocan que una persona no sea plenamente dueña de sí misma y puede dar pie a situaciones indeseadas. Y algún que otro truco. "No griten auxilio. Está demostrado que hay gente que se piensa si debe acudir o no en una situación así. Griten '¡fuego!' porque entonces sí podrían recibir ayuda", les contó a las jóvenes.

La intención del Clube de Loita do Morrazo es extender este tipo de talleres a más centros educativos de la comarca y se ofrecen incluso para impartir sesiones durante varios meses de manera gratuita para ayudar a las jóvenes a adquirir destrezas y, sobre todo, confianza para poder actuar ante situaciones de riesgo indeseadas.