El plan de inversión que el Concello de Cangas negoció con la concesionaria del ciclo del agua, la UTE Cangas donde se prevé actuaciones en la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) puso al descubierto que el sistema terciario de depuración nunca se puso en marcha, a pesar de que en diciembre de 2013 el que era concejal de Medio Ambiente, Jesús Graña (PP), anunció una inversión de 50.000 euros destinadas a la instalación de 59 lámparas ultravioletas. El gobierno local y la concesionaria del servicio se encargaron de revisar la situación de la EDAR, para cerciorarse de si se habían instalado las lámparas ultravioletas y lo único que parece haber sido colocado fue el canal y los rotafiltros para que el agua pasara por la zona, ya que antes ni lo hacía. Esta inversión de 50.000 euros que en su día anunció el citado concejal del PP se iba a financiar a través de lo que se recaudara con una nueva tasa que había aprobado el gobierno anterior, la de prevención de la contaminación, que había sido aprobada en el pleno de diciembre de 2014 y de la que poco o nada se sabe en la actualidad.

El no funcionamiento del denominado sistema terciario de depuración se debía a que la concesionaria de ese momento, la empresa Acciona, entendía que poner en sistema en marcha implicaba un aumento del contrato, en total 64.000 euros. El sistema había sido instalado en 2008 y tuvo un coste para el Estado que rondó los 800.000 euros. Aguas de Galicia amenazó en varias ocasiones con abrir expediente por no estar el sistema funcionando.

Inspecciones

Las inspecciones de la Xunta pusieron de manifiesto que el líquido que salía de la planta de Areamilla no cumplía con los parámetros bactereológicos, pues superaban los límites recomendables. Al no existir la separación efectiva entre aguas pluviales y fecales, cuando llovía con intensidad se acostumbraba a saturar la EDAR.

Ahora, a través del plan de inversiones se va a tratar de solucionar las dificultades de la estación depuradora.