Las cabezas de ganado que llegaron hace dos semanas al monte de Meira cuentan con un refugio provisional, a modo de cubierta, levantado en madera. Y es que la construcción del refugio definitivo aún está en marcha y debería quedar listo a lo largo de octubre.

De momento ya se han dispuesto los cimientos y ahora es necesario levantar la estructura metálica. En principio tendrá unas dimensiones de 34x24 metros y será importante sobre todo cuando lleguen las bajas temperaturas y las lluvias intensas.

De momento el tiempo está ayudando a que la adaptación de las cabras sea más fácil, lo que minimizó el riesgo de que algún ejemplares falleciesen por el cambio de hábitat.

Los episodios de mortandad son el único reparo que pusieron los comuneros ante esta nueva fuente de ingresos el día que se sometió a la votación de la asamblea. Finalmente se aprobó por unanimidad de los presentes.