La ría de Vigo lleva un año trágico en cuanto a los naufragios se refiere. Cerca de ocho meses negros en los que el agua se tragó la vida cuatro pescadores y dos buzos. Florentino Martínez López es la cuarta persona que pierde su vida mientras faenaba en la desembocadura de la ría y la tercera que lo hace en el peligroso entorno del islote de Agoeiro, al sur de las islas Cíes. A la memoria de todos los pescadores de O Morrazo y de la zona de Vigo volvieron ayer los nombres de Borja Alonso y Filipe Manuel de Brito, que a finales de enero fallecieron al volcar su embarcación Látigo allí. A ellos se sumó, poco más de tres meses después, Marcelo Santos, cuya planeadora dio la vuelta cerca de Cabo Home.

A diferencia de lo que sucedió ayer, los dos pescadores que perdieron la vida el 30 de enero desaparecieron sin dejar rastro. Borja Alonso (de 30 años), hijo del expatrón mayor de la cofradía de pescadores de Vigo Julio Alonso, y el luso Filipe Manuel de Brito (33) acudieron al islote de Agoeiro para pescar lubina. En aquel momento, un golpe de mar hizo que la embarcación volcase y los dos hombres cayeron al agua en una zona conocida por su peligrosidad. Desde entonces, ni las labores de Salvamento Marítimo o la Guardia Civil, a través de los buzos, así como las de sus compañeros y familiares, pudieron dar como resultado el hallazgo de sus cuerpos. En la zona reposa ahora una cruz de piedra con los nombres de los dos pescadores, lugar en el que se celebró en un sentido homenaje con su familiares y amigos a finales de julio.

Cuando todavía permanecía en el recuerdo este duro suceso, el mar volvió a golpear con fuerza en mayo. El día seis el cuerpo del cangués Marcelo Santos llegó en helicóptero a Guixar con parada cardiorrespiratoria, donde finalmente falleció. El Pesca I lo había localizado aquella mañana en el entorno de Cabo Home, donde volcó su planeadora, Rebeca. El marinero que lo acompañaba, Raúl Lagoa, pudo salvarse nadando hasta la costa pese a las duras condiciones de la zona, conocida como Cú do Lobo.

Buzos

A estos cuatro fallecidos este año en la ría de Vigo mientras faenaban hay que añadir también los dos buzos que perdieron la vida en el mes de abril. El primero de ellos fue Pablo M.A.B. vecino de Coruxo de 47 años cuyo cuerpo apareció a 20 metros de la playa de Fuchiños y fue recuperado por el Pesca I.

Tan solo siete días más tarde Alexis Macía, instructor de buceo vigués de 44 años, fallecía también mientras practicaba buceo. En este caso el hombre perdió la vida mientras inspeccionada el pecio del Mar de Marín, a casi 50 metros de profundidad. Su cuerpo fue encontrado por Salvamento Marítimo cerca de la proa de este buque hundido en el 2014 tras chocar contra un carguero.

Precisamente en aquel accidente fallecieron cinco personas, una menos que en todo lo que va de año en la ría. Ocho meses negros que difícilmente serán olvidados.