La sala de exposiciones Amalia Domínguez Búa de Bueu se ha convertido en algo parecido a un gran bazar. El visitante puede encontrar casi cualquier objeto que busque o necesite. No es que el local haya cambiado de función, sino que durante toda esta semana acoge la quinta edición del mercadillo solidario que organiza Cáritas Bueu.

La actividad supone una importante fuente de recursos para la organización diocesana, unos ingresos que destina a los distintos programas de ayuda que tiene para las personas y familias más desfavorecidas. Y es ahí donde hacen hincapié sus responsables. Porque a pesar de los datos de crecimientos del Producto Interior Bruto (PIB) y la mejoría de los grandes datos macroeconómicos la realidad es, desgraciadamente, muy tozuda y la pobreza sigue existiendo. "Con el mercadillo queremos que la gente se de cuenta que sigue habiendo problemas y que hay personas que lo están pasando muy mal", explica el responsable de Cáritas Bueu, Álvaro Davila. "Pretendemos que no se olviden de las personas que lo siguen pasando mal y que, por mucho que mejore la economía, siempre habrá familias y gente desfavorecida a la que ayudar", subraya.

Este rastrillo solidario se abrió ayer y durante el primer día recibió numerosos visitantes. Seguirá abierto hasta el domingo, con horario de 10.00 a 13.00 horas y de 18.00 a 21.00 horas. La iniciativa es posible gracias a la aportación desinteresada de comercios y vecinos, que han donado los objetos que se ponen a la venta. Entre las donaciones más especiales está la de los usuarios del centro de día Anduriña, en Banda do Río. Los objetos de manualidades que han confeccionado a lo largo de todo el año en ergoterapia o arte terapia, siempre con material de reciclaje y fabricados con sus propias manos están entre los más demandados. Entre los más solicitados están las mantas, que llaman la atención por el trabajo que hay detrás y por sus bonitos diseños.