La parroquia de Domaio se volcó ayer con su patrón en las Fiestas de San Benito, que congregaron a cientos de personas a lo largo de una jornada que comenzó por la mañana con los oficios religiosos y que se cerró bien entrada la noche con la verbena.

Los fieles fueron haciendo acto de presencia con cuentagotas en el recinto de la fiesta desde primera horas de la mañana hasta que a las 12 se celebró la misa solemne, cantada por la Coral San Pedro de Domaio. Fue el momento culminante, el que daba paso a la procesión en la que se sacaba la imagen del santo y en la que se repitieron las instantáneas de otros años, con los devotos pasando los pañuelos por la efigie del abogado de las enfermedades de la piel. Otros, en cambio, optaban por llevarse el aceite bendito para poder proceder en la tranquilidad de sus casa a la curación de sus dolencias.

Y tras lo religioso llegó lo festivo, con especial mención para la gastronomía, con el olor de las sardinas impregnando el ambiente y permitiendo que aquellos que quedaron con buen sabor de boca en San Juan se desquitasen disfrutando de ese manjar. La tradición también tuvo su espacio, con las poxas, en las que se ofrecían gallos o plantas. Ya por la noche fueron Gran Parada y Poceiro las orquestas encargadas de amenizar la verbena.

Hoy seguirá la jornada festiva, aunque en esta ocasión dedicada a San Roque. A las 10.30 habrá misa rezada y a las 11 saldrá la charanga. La misa solemne será a las 12 con la Coral Frol Nova de Chapela y Marbella y Cinema amenizarán la verbena a partir de las 22 horas.