El hijo de Ana Pereira tiene 21 años y es autista. Esta moañesa lleva ocho años luchando por la integración social de su hijo y mejorar su calidad de vida, desde que le diagnosticaron este trastorno con 13 años, antes como madre y ahora ya, para otras familias, como presidenta de la Asociación Autismo Morrazo, que ayer conmemoró el Día Internacional de Concienciación del Autismo en Moaña, con la colaboración del Concello. Se realizó una "andaina", se leyeron sendos manifiestos y hubo una suelta de globos azules.

A través de la asociación, en la que están integradas 17 familias de Cangas y de Moaña aunque con vistas a expandirse a Bueu, buscan realizar programas y servicios para mejorar la calidad de vida de las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), como ahora se denomina, para englobar ese espectro más amplio de esta dolencia cerebral que mantiene a las personas que nacen con ella, con problemas de comunicación, de integración social y muy dependientes de la rutina, intolerantes a los cambios.

Ana Pereira sabe lo que es combatir el autismo y aunque son solo ocho años, es toda una vida y tiene claro lo que necesitan personas como su hijo: trabajar por su inclusión social que es lo que más les cuesta a los autistas: "Necesitan un esfuerzo extra y que los demás también sepan cómo comportarse con ellos". Para ello, están poniendo las bases para crear una escuela de padres desde la que se pueda concienciar también al profesorado de que estos niños pueden estudiar en un colegio ordinario. Su hijo lo hizo en infantil y primaria y después entró en el Centro de Educación Especial Menela de Vigo en donde ahora participa en talleres ocupacionales en el centro de Castro Navás, en Nigrán. Desde la asociación también quieren servicios de terapia para mejorar la calidad de vida y programar actividades de ocio con el fin de mejorar la sociabilidad, que es la faceta que peor llevan, así como que los demás sepan cómo tratarles.

Ana Pereira leyó ayer un manifiesto, delante del Concello y tras la marcha por la zona de A Xunqueira en la que participaron una treintena de personas, en el que insistió en la necesidad de que "la comunidad en la que vivimos se implique, nos ayude y comprenda nuestra lucha diaria para que nuestros hijos tengan los mismos derechos que cualquier otro niño en su vida diaria y no se sientan diferentes". Insistió en la necesidad de luchar por "una sociedad inclusiva, desde la escuela hasta los parques".

La concejala de Servicios Sociales, María Ortega, que participó en los actos junto a otros ediles de la corporación, también pronunció unas palabras a favor de la "inclusión, la tolerencia y el respeto". Destacó que el autismo afectaba a una de cada cien personas en España, pero muy pocas entienden lo que significa vivir con este trastorno, por lo que se crean muchas barreras que impiden la integración y que desde el Concello comenzarán a derribarlas.