Los vecinos de O Morrazo que esta semana vivieron muy de cerca los atentados de Bruselas están ya en sus casas y han empezado a asimilar la magnitud de lo que pudo ser y no fue. "Una vez que pasan 24 o 48 horas comienzas a analizar que tú has pasado por los mismos sitios en los que se produjeron las explosiones y que podíamos haber estado allí cuando se registraron los atentados", cuenta la canguesa Carmen Nores, presidenta de la Plataforma en Defensa da Sanidade Pública de Cangas. El lunes desembarcaron en el aeropuerto de Zaventem y el martes salieron del metro apenas cinco minutos antes de que se produjese el segundo atentado. "Una de las compañeras de la delegación perdió la cartera y no se dio cuenta. Si se llega a percatar en el momento en el que íbamos a coger el tren posiblemente nos hubiésemos parado para buscarla, lo que nos hubiesa retrasado. En ese caso seguro que hubiésemos cogido el tren en el que al final se produjo la explosión", recuerda.

Cuando uno de los terroristas se inmoló en la estación de Maelbeek la delegación gallega de las plataformas de la sanidad ya estaba de camino al Parlamento Europeo, aunque escucharon perfectamente la explosión y la relacionaron de inmediato con el atentado de Zaventem, que había ocurrido una hora antes y del que ya estaban enterados. Mantuvieron igualmente la entrevista en el Parlamento Europeo para hablar del rescate del hospital Álvaro Cunqueiro y de la situación de la sanidad pública. "Tardas en analizarlo. Hablamos con nuestras familias para tranquilizarles y decirles que estábamos bien. Pero para ellos también era una situación difícil porque lo normal es pensar que se lo decíamos para no preocuparles", cuenta Carmen Nores. Por eso el reencuentro "ha sido muy emotivo". Tanto como las numerosas muestras de afecto e interés recibidas durante todos estos días.

Antes del viaje a Bruselas ya estaba prevista una reunión de las plataformas de Cangas y Moaña, que será mañana a las 18.00 horas en Cangas, y que servirá para explicar los resultados del viaje. Obviamente, tras los atentados ha adquirido mayor trascendencia. "Queremos agradecer todas las muestras de afecto recibido y las múltiples llamadas para interesarse por nosotros", cuenta Carmen Nores. Ella y José Saéz Penelas eran los representantes de O Morrazo, aunque en la delegación estaba también el doctor Julio Araújo, que es natural de Cangas.

Los atentados yihadistas provocaron el cierre de fronteras y obligó a la delegación gallega a buscar otras vías para regresar, con lo que estuvieron 48 horas más Bruselas. "Cuando llegamos el lunes por la noche la ciudad estaba casi vacía. El martes la gente se echó a las calles, había concentraciones, grupos de personas cantando... Nosotros al final estuvimos en la calle hasta la una de la madrugada", recuerda la presidenta de la plataforma canguesa.

La delegación gallega tuvo que repartirse en dos grupos para regresar a Galicia. Unos vinieron vía Amsterdam y otros vía París. Antes tuvieron tiempo para realizar "terapia colectiva" para analizar y superar los hechos que les había tocado vivir tan de cerca. "Ahora toca tirar para adelante. Como se suele decir, no la teníamos ahí. A lo mejor mañana me pasa algo saliendo de casa o cruzando la calle, pero ahora hay que seguir adelante", reflexionan.