La concejala de Servicios Sociales de Moaña, María Ortega, tomó posesión hace menos de un mes pero ya sabía que una de las cuestiones que había que atajar era reconducir la situación del comedor social Hermano Donaire, que el vecino Manuel Álvarez abrió en octubre y que desde entonces se queja de la falta de ayudas económicas del Concello y de la Diputación. Llegó a amenazar con acudir con una cruz al Concello y ayer hizo público que había escrito a Rajoy y al Rey sobre la situación. La concejala asegura que el gobierno local nunca ha dado la espalda a este centro, pero para que pueda destinar dinero público al comedor, su promotor tiene que cumplir unos requisitos sobre la actividad y no lo está haciendo. Asegura además que preguntó en el Registro de Entidades Prestadoras de Servicios Sociales de la Xunta y aunque figura esta entidad como Asociación Hermano Donaire de Moaña no consta que tenga actividad de comedor socia y que en este sentido está en "situación irregular".
Tanto María Ortega como la alcaldesa Leticia Santos insisten en que para dar dinero del Concello todo tiene que estar justificado y documentado, con transparencia, no vale una factura de gasóleo sin estar bien justificada o que tenga un cocinero contratado, cuando él ahora hace la comida: "Este señor tiene que acreditar unos requisitos y garantizar que las personas que pasan por el comedor tienen esa necesidad, pero no lo está cumpliendo ni intenta cumplir", insiste la regidora. También hay que saber, dice la edil, a cuantas personas da de comer y pone en duda la cifra de 80 diarios que asegura Manuel Álvarez. Añade que cuando visitó el comedor vio unas 30 y fiambreras para fuera "pero no sé para quien".
Ortega insiste en que desde que abrió el comedor social la intención del gobierno siempre fue apoyar, y de hecho en Moaña se están abriendo comedores escolares en épocas estivales para atender los casos de emergencia social. Recuerda que a Manuel Álvarez "se le hicieron ofertas pero las rechazó", como entregarle alimentos "porque lo que pedía era dinero para hacer frente a los gastos". Deja claro que el Concello "no está cerrado a ayudar, pero el comedor tiene que tener todo documentado y "este señor trabaja a golpe de lo que acuerda". Señala que abrió sin un plan de viabilidad para saber con cuánta financiación iba a contar:"Necesitamos datos objetivos, no valoraciones subjetivas".
María Ortega explica que en la primera reunión con esta persona en el Concello, en compañía de la alcaldesa y una trabajadora social, se le explicaron los requisitos a cumplir, entre ellos identificar a las personas que acuden al comedor con el fin de trabajar conjuntamente con Servicios Sociales, como hace Cáritas. El promotor se negó por entender que no era ético, pero ella asegura que se trataba de una información reservada que nunca sería de dominio público, pero que servirá para trabajar con los servicios sociales municipales y que la ayuda pudiera ir a más como la posibilidad de ofrecer cursos para desempleados, y también, para saber si hay personas de otros municipios "para ponernos en contacto con los respectivos concellos y elaborar, si es preciso, un plan de actuación conjunto, incluso a través de la mancomunidad".
En esa reunión, la concejala asegura que se ofreció a ayudar elaborando un documento para que el promotor del comedor lo cubriera con la información demandada. Entre otras cuestiones le pedían saber el gasto "porque si gastan 30 euros en dar de comer, a lo mejor no es viable" . También dice que se puso a disposición para tramitar ayudas. Su intención era volver a visitarles esta semana para ir avanzando en esa gestión "racional" del centro, aunque reconoce que no pudo acudir, pero que tampoco era motivo de crítica ya que Manuel Álvarez le pudo haber llamado para saber los motivos. .
