El mercadillo ambulante de Cangas se celebró ayer sin incidentes, aunque con una discreta vigilancia de la Policía Local y más llamativa de la Guardia Civil, que desplazó varias unidades al entorno de la alameda de O Señal para controlar que la jornada transcurriera sin percances. Pasadas las dos de la tarde, las unidades de refuerzo fueron sustituidas por agentes del puesto de Cangas que supervisaron la recogida hasta que la alameda quedó desalojada.

Algunos ambulantes optaron por salir juntos y continuar unidos por el Corredor do Morrazo, por seguridad, aunque varios comerciantes consultados mostraron su confianza en que "no vaya a pasar nada". Se referían al conflicto entre morones y zamoranos. "Lo que queremos es trabajar mucho y poder atender a la clientela en vez de otros asuntos", reclaman.