Se han cumplido dos años y el vecino de Moaña Juan Fausto Ballesteros sigue sin respuesta de la Consellería de Sanidade a su reclamación respecto a la aparición de un tornillo en uno de los yogures de un pack que había comprado en un supermercado de la localidad. La primera denuncia la había presentado en la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) de Moaña el 30 de septiembre de 2013 y en la misma hacía constar que había adquirido, entre otros productos este pack de yogures y que ya en su domicilio, cuando se estaba comiendo uno de los yogures, se llevó "la sorpresa" de que en su interior y mezclado con el alimento, había "nada menos que un tornillo de dimensiones considerables". Y no sólo estaba el tornillo si no también la arandela.

En su denuncia ante la OMIC, el vecino mostraba su asombro ante este hallazgo y que si lo llega a tragar "le enviaría, seguro, al hospital". En el escrito de denuncia se hace mención que podría tratarse de un tornillo de una máquina envasadora o transportadora, en la planta de envasado de la fábrica. El reclamante asegura qeu tal objeto no fue introducido posteriormente a su envasado, ya que este se encontraba perfectamente cerrado antes de que se dispusiera a consumirlo.

Lo que pretendía era denunciar el hallazgo del mencionado objeto "para que no vuelva a pasar y no llegue a causar algún mal mayor tras poder ingerirlo una persona". En su denuncia presentaba copia del pack en donde fue encontrado el siniestro yogur con el tornillo, además de fotografías de la pieza tal cual venía con el alimento dentro del envase.

Un mes después de la denuncia, el 4 de noviembre recibe escrito del Instituto Gallego de Consumo conforme su denuncia fue trasladada al Servicio de Seguridade Alimentaria de la Consellería de Sanidade "por ser quen lle corresponde o seu coñecemento, comprobación e resolución por razóns de competencia territorial ou material específica sobre os feitos que a motivaron". Desde entonces no ha tenido más noticias