El pleno del jueves no alcanzó los niveles de tensión del celebrado a principios de mes. Aun así hubo momentos de polémica, tensión y advertencias más o menos veladas. El alcalde, Félix Juncal, en su intervención posterior rehúso entrar en el cuerpo a cuerpo político con los grupos de la oposición. "Non o vou facer por respecto aos veciños aquí presentes", manifestó. Aunque a continuación añadió que "de momento o deixarei de lado".

Otro de los puntos de fricción fue el contenido de la sentencia y la obligación de afrontar ese derribo parcial. Durante su intervención el portavoz vecinal, José María Alén, recordó que la sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) de diciembre de 1990 condena al Concello de Bueu a "reponer la legalidad urbanística" y defendió que existían diversas fórmulas para esa reposición. "En ningún lado se di que teña que ser un derribo", reprochó.

En ese momento el alcalde tuvo que mostrar una providencia del propio TSXG fechada en diciembre de 1995. En ese escrito el tribunal subraya que la sentencia "obliga al reestablecimiento urbanístico de la situación creada por las obras y en consecuencia a la demolición de todo aquello que requiera ajustar las obras a las Normas Subsidiarias".

Esta providencia era la respuesta a un escrito remitido en octubre de 1995 por el entonces alcalde, Xosé Novas, y en el que pedía al TSXG que aclarase hasta dónde debía llegar esa reposición de la legalida. El informe municipal sondeaba la posibilidad de que el asunto se pudiese resolver con una multa económica, algo que el tribunal rechazó. Novas fue precisamente el único de los exalcaldes de Bueu presentes en el pleno del jueves.