La Federación de Vecinos A Chamusca de Moaña, que preside Francisco Ferreira, considera que el Concello debe de asumir un papel activo en la reparación de la iglesia de San Martiño tras el desprendimiento de uno de los cuatro escudos de piedra que coronaban el campanario y como respuesta al debate público que se ha originado sobre las responsabilidades en esta reposición y a petición de la Asociación de Vecinos de San Martiño.

Desde la Federación aseguran que la rectoral de San Martiño es propiedad de la iglesia, en este caso representada por el Arzobispado como titular de la misma y declarado Bien de Interés Cultural (BIC), por lo que es responsabilidad directa de la propiedad, su reposición y de la Dirección Xeral de Patrimonio el control y supervisión de los trabajos a realizar.

Añade que este conjunto arquitectónico es una de las representaciones más significativas de la historia de Moaña y, por tanto, obliga a todos los moañeses a su conservación y puesta en valor. Por esta razón, consideran que el Concello de Moaña debe de asumir un papel activo para que la retirada, conservación y reposición de dicho escudo se haga con todas las garantías precisas, tanto por el valor histórico-patrimonial de este elemento como por razones de seguridad de los vecinos que circulan en el entorno de la iglesia.

De igual forma concluyen que no es sólo la simple reposición del escudo caído, ya que la labor de conservación debe de contemplar todo el conjunto, especialmente su portada románica, por lo que deberá exigirse la intervención de una empresa especializada que revise la sustentación y los otros tres escudos y demás elementos en el campanario y en la fachada, susceptibles con riesgo de desprendimiento.

Por su parte, el concejal de Cultura, Salvador Meira, asegura que el pasado día 20 remitió un correo al vicecanciller Manuel Formoso comunicando que es el Arzobispado de Santiago quien debe de actuar en la reparación de la iglesia, ya que es de su propiedad y que ayer recibió la contestación en la que comunica que el escrito del Concello fue entregado a los organismos diocesanos compotentes para proceder a su reparación.