La Plataforma en Defensa dos Montes do Morrazo insiste, después del incendio ocurrido el pasado día 20 en Meira, que arrasó 42 hectáreas de monte, que al margen de lo que provocó el fuego, sea intencionalidad o negligencia, hay que analizar por qué se propagaron tanto las llamas, y no fue por otra cosa que por haber monocultivos de eucalipto y de pino y matorral alto. Alertan de que el área quemada y los montes de alrededores, excepto algunas áreas reducidas de castiñeiros y de bidueiros además de carballos, carecen de plantaciones de especies frondosas y caducifolias, que además de contribuir a aumentar la biodiversidad, actuarían como cortafuegos naturales al reducir la inflamabilidad de la biomasa. La Plataforma entiende que estas plantaciones de frondosas deberían de ocupar un 30% del área arbolada, cosa que no sucede en el monte quemado. Señala que basta observar por debajo del monte Faro toda la ladera de los montes de la parroquia de Meira hasta los de Domaio, llenos de monocultivos.

Además de las consecuencias de los incendios en la contaminación atmosférica, pérdida de capa vegetal, mortandad de fauna y flora salvaje, éstos suponen un grave riesgo para los petroglifos y conjuntos rupestres. Desde la Plataforma alertan de la afección del entorno de Pedra Morcegueira, de gran valor ecológico y paisajístico. Se trata de un mirador que la Comunidad de Montes de Meira había acondicionado en torno a una piedra furada, que se quemó en parte aunque el fuego no llegó hasta las escaleras de madera.

La Plataforma también alerta de la cantidad de biomasa seca que se deja apilada en el suelo.