La búsqueda de Alfonso Lorenzo, el vecino de Domaio que desapareció de su casa en el barrio de Verdeal la madrugada del lunes, finalizó trágicamente durante la mañana de ayer, cuando el cuerpo apareció flotando en el mar, cerca de la costa de Domaio, entre las instalaciones de la empresa Fandicosta y el puente de Rande.

Fue un grupo de voluntarios el que se encontró el cuerpo mientras inspeccionaba el litoral. Desde ayer por la mañana la atención principal de la Guardia Civil, Protección Civil y las decenas de voluntarios se centró sobre todo en el mar, toda vez que el rastreo intensivo por tierra y desde el aire de los montes de O Morrazo no había dejado ninguna pista. Aunque no existe una versión oficial, las circunstancias en las que apareció el cuerpo apuntan hacia un posible suicidio, pero debe ser la autopsia la que determine lo que ocurrió realmente.

Según las fuerzas de seguridad los vecinos divisaron algo en el mar antes de las 10.00 horas desde un alto, aprovechando la bajamar. Tras dar el aviso, a la zona se acercó otro grupo con familiares de Alfonso Lorenzo y que estaban recorriendo la ría en una embarcación. Fueron los primeros en llegar al lugar, pero no fue hasta la llegada de la patrullera de la Guardia Civil, antes de las 10.30 horas, cuando subieron el cuerpo a la cubierta.

La propia familia avisó a los voluntarios a través de un grupo de whatsapp y muchos de ellos, exhaustos tras más de cinco días de rastreo, se dirigieron a un pequeño mirador natural sobre la ría cerca de la rotonda de Domaio, desde donde divisaron todos los movimientos en la patrullera. La embarcación atracó en el pequeño embarcadero de O Regueiriño, a donde acudió la médico forense y el juez para ordenar el levantamiento del cadáver, que fue trasladado al vehículo forense sobre las 11.53 horas tras su identificación. A las 12.15 horas la patrullera de la Guardia Civil, que en los últimos días había recorrido la costa entre el puente de Rande y Cabo Udra, en Bueu, abandonó el muelle de O Regueiriño. El acceso rodado a esta zona, desde la parte baja del puente de Rande, había sido cerrado con un cordón policial al poco de conocerse la noticia.

Otros voluntarios abandonaron la búsqueda y se dirigieron al parking situado frente a la iglesia de Domaio, en donde el Concello había instalado una carpa para el avituallamiento de todos los que estaban colaborando. Allí se encontraban también efectivos de Protección Civil, que habían asumido las tareas de coordinación de los voluntarios, y del Grupo de Rescate en Altura (GERA) de la Asociación Bombeiros de Galicia, que habían sido llamados para ayudar en la coordinación y ante una posible intervención en altura si el cuerpo aparecía en un pozo o barranco, pero finalmente no tuvieron que intervenir.

Muchos de los vecinos congregados aseguraban que el mar era la principal hipótesis "porque no había ninguna pista en tierra", y mostraron su tristeza. "Ya habíamos pasado por aquí tres veces. Estuvimos el primer día y ayer incluso bajamos un poco por el barranco para ver si veíamos algo. Incluso llegaron a saltar las alarmas porque el acceso a O Regueiriño es privado, pero no habíamos visto nada", explica una vecina de Domaio que se sumó a la marea de apoyo que recibió la familia en los últimos días.

"Foron moitas horas pateando todo o monte. A verdade é que estamos todos agotados", indicaba otra mujer lamentando el trágico suceso. Las pistas de las primeras horas, sobre que había sido visto en Nerga, nunca llegaron a concretarse, aunque mucha gente buscó por el litoral cangués y este Concello también puso a disposición a la Policía Local y a Protección Civil.