El Sergas asegura que de esta va la vencida y que el servicio de Oncología Radioterápica del Chuvi volverá a tener operativos este mes los cuatro aceleradores lineales con los que trataba a sus más de 200 pacientes con cáncer. El Tribunal Administrativo Central -dependiente del Ministerio de Hacienda- ha desestimado el recurso que mantenía paralizado desde principios de junio el contrato para reponer la máquina averiada y retirada ya en abril de 2013. El déficit de equipamiento ha obligado a desviar a enfermos a Santiago y Povisa y a reprogramar la actividad hasta la madrugada.

Este proceso ha revelado una cuestión: El Sergas sostiene ahora que no se sustituirá el acelerador retirado por uno nuevo, como mantenía hasta la fecha, sino que se instalará "un equipo totalmente renovado, con tecnología de última generación". Y es que es esta diferencia entre "nuevo" y "renovado" lo que propició que la multinacional Varian Medical Systems recurriera el contrato de 1,9 millones de euros, adjudicado el 2 de mayo a otro gigante de los dispositivos médicos, Elekta Medical S.A.

Varian denunció ante el tribunal que, tras el contrato del "servicio de mantenimiento y actualización tecnológica de la base instalada de aceleradores lineales Elekta" ubicados en el Meixoeiro, se esconde el suministro de un equipo nuevo. Por tanto, la empresa pública Galaria -de la que depende el servicio- no podía utilizar un procedimiento negociado sin publicidad para otorgarlo, como hizo.

Galaria defendió que "el presente contrato no constituye ningún suministro de un equipo oncológico terapéutico nuevo", sino solo "la actualización tecnológica y el mantenimiento" de los ya existentes de esta marca en el Meixoeiro por el plazo de cuatro años. La empresa dependiente de Sanidade reconoce que solicitó presupuestos para promover un expediente de adquisición del acelerador, "pero no se llegó a tramitar dado que esa disponibilidad se está gestionando" mediante el concurso del socio tecnológico al que el Sergas confiará la gestión de toda su alta tecnología por casi 80 millones de euros. Este todavía no se ha resuelto y en él concurren estas dos multinacionales.

De Elekta -la adjudicataria del contrato "de mantenimiento"- son dos de los cuatro aceleradores con los que contaba el Chuvi para tratar a sus pacientes oncológicos. Los dos más viejos. Tienen ya 17 años y ambos están "obsoletos", como reconoció la conselleira de Sanidade, Rocío Mosquera. Tras múltiples averías, uno de ellos dejó de funcionar definitivamente en abril de 2013 y fue retirado, según informó el Sergas. La empresa pública destaca, en su defensa, que por su "continuo uso y la criticidad de su funcionamiento", al atender pacientes con cáncer, el equipo "con el mayor número de averías" se hace "acreedor" de "una actualización/upgrade/reparación".

Como pruebas, Galaria presentó los pliegos de condiciones, que no habían sido colgados en la plataforma on line de contratación. Tras analizarlos, el tribunal indica que, "ciertamente, en el contrato se establece un concepto amplio del servicio de mantenimiento, entendido este como integral o global", del "tipo a todo riesgo, sin ninguna exclusión de elementos piezas y/o componentes". Concluye que "en ningún momento cabe apreciar características del contrato que permita concluir que bajo estas prestaciones se intenta esconder un contrato de adquisición de uno nuevo".