El debate sobre un posible cambio de ubicación del mercadillo ambulante de Bueu quedó ayer zanjado. Portos de Galicia accedió a las peticiones formuladas desde el Concello y revisó la superficie que ocupaba esta actividad y el canon que se cobraba, un trámite que al final tuvo una resolución favorable a los intereses municipales. Esa revisión detectó un importante desfase entre la superficie de dominio portuario por la que el ente público cobraba cada mes al Concello, que era de 2.300 metros cuadrados, y la que realmente tenía derecho a reclamarle, que eran 1.300 metros cuadrados. La consecuencia inmediata es que el recibo mensual pasa de 2.500 euros a 1.300 euros, lo que al final del año supone pasar de 30.000 euros a poco más de la mitad, 15.600 euros.

La otra consecuencia de esta revisión es que la actividad del mercadillo ambulante en el frente marítimo deja de ser deficitiaria y la tasa trimestral que el ayuntamiento cobra a los comerciantes es suficiente para hacer frente al canon de Portos y al resto de servicios que conlleva. La reducción de esa superficie se debe fundamentalmente a que el ente público estaba incluyendo en el canon parte del espacio que se sitúa frente al Centro Social do Mar y la plaza de abastos, un espacio que en realidad ya forma parte de la concesión otorgada en su día al ayuntamiento y que debería estar exenta de este canon. Para reducir la superficie sujeta a pago el gobierno local también comunicó a los comerciantes la necesidad de afrontar una reordenación de los puestos. Esto afectará a los vendedores que se sitúan en la entrada al puerto, que son sobre todo los que tienen productos agrícolas y plantas, que serán trasladados a otra parte.

La mejor ubicación

El regidor buenense, Félix Juncal, expuso esta nueva situación al colectivo de los ambulantes en una reunión que se celebró ayer por la tarde en el salón de plenos y las explicaciones fueron bien recibidas. Los comerciantes siempre defendieron que el actual emplazamiento era su preferido debido a su céntrica ubicación y a la cercanía de la plaza, cuyos vendedores también desean que los ambulantes se queden en el sitio actual. En su momento el Concello se planteó seriamente un traslado al entorno de As Lagoas, con lo que se evitaba el pago del canon anual a Portos, pero esa opción fue rechazada de manera enérgica por los ambulantes. La otra alternativa era el entorno de la Praza Massó, pero generaba dudas entre las dos partes por los accesos y por las consecuencias y molestías que podía acarrear en este espacio público.