El traslado de la producción que proyectan los responsables de Conservas y Congelados Iglesias Mar desde su planta en la zona de Ojea, en Cangas, hasta la nave que utilizaba la conservera Cruzmar en la calle Rosalía de Castro de Moaña, permitiría a la primera compañía ampliar su capacidad productiva e incluso doblarla. Conservas Iglesias adquirió estas instalaciones de Moaña, precisamente, porque la nave de Cangas se le queda pequeña. "Contamos con unos 1.000 metros cuadrados, contando el añadido, y tenemos dos líneas de producción. En Moaña podremos tener tres líneas y tendríamos un espacio total de 3.200 metros cuadrados", explica el gerente y bisnieto del fundador, Ramón Iglesias. Para ello deben lograr las licencias municipales de obras y actividad. Plantean una "reforma integral de la distribución interior de la nave". También se modificará la imagen exterior de la misma, aunque el tamaño será el actual. El proyecto ya está en la mesa del departamento de Urbanismo y los responsables de Conservas Iglesias son optimistas al respecto. El proyecto inversor total asciende a 2,9 millones de euros. De ellos, 1,8 millones se destinaría a nueva maquinaria y 1,1 millones a las tareas de construcción y remodelación necesarias.

En estos momentos la conservera de Cangas, con una historia centenaria, produce picos de 800 cajas de 17 kilos de latas de conserva al día -cada caja contiene 100 latas de tamaño pequeño ó 12 unidades de gran tamaño destinadas a la hostelería- pero su crecimiento está limitado.

En su nueva ubicación podrían producir un total de 2.000 cajas diarias para satisfacer el mercado conservero. Sin embargo, de momento arrancarían con una producción diaria de unas 1.500 cajas.

Además de incrementar su producción, la razón del traslado obedece también a la necesidad de "obtener certificados de calidad internacional. Las nuevas normativas exigen un espacio mayor", apunta el gerente. De todas formas su intención de momento no es abandonar la nave de Ojea, sino que se utilizaría íntegramente como almacén. Otros 1.000 metros cuadrados de la planta de Moaña servirán también para las funciones de almacén y estuchado de las latas. "Nuestra intención sigue siendo devolver el espacio de Ojea al pueblo de Cangas, pero estaremos allí hasta que nos echen, a menos que contemos con terrenos para poder ubicar un nuevo almacén", explica Iglesias. Preguntado sobre las opciones de mantener toda la producción en Cangas señala que "llevamos más de una década esperando por la posibilidad de trasladarnos al polígono industrial".

Personal

En lo que respecta a sus compromisos con el personal en estos momentos Conservas Iglesias cuenta con más de 40 empleados, en su mayoría mujeres, en la plantilla indefinida. En su traslado los responsables se comprometen a mantener estos puestos de trabajo y a asumir a los trabajadores que antes operaban en Cruzmar. "Tratamos de alcanzar un acuerdo con otra conservera importante que nos permitiría establecer un turno también por la tarde. Esto posibilitaría contratar a más gente, pero de momento no hay nada cerrado", explica.

Plazos

Aunque de momento continúan a la espera de que el Concello de Moaña resuelva su solicitud de permiso de obra y de actividad, desde Conservas Iglesias no se marca un plazo para el traslado. "Esperamos que sea lo antes posible. Tenemos movilizadas las partidas presupuestarias necesarias y parte de la maquinaria lista, en cuanto tengamos el visto bueno comenzaríamos con las obras", indica el responsable. Entiende que, si no surgen imprevistos, en octubre ya podrían estar trabajando en territorio moañés, pues la adaptación no llevaría mucho tiempo.