El Concello de Moaña tiene previsto abrir, finalmente, parte de las instalaciones del complejo turístico y de ocio de O Beque, pese a que de momento no existe ninguna empresa interesada en su gestión. Aunque en su momento el edil de Deportes, Jorge Santomé, aseguró que el Concello no tenía capacidad para abrir estas instalaciones con recursos propios, finalmente echará mano del personal solicitado a la Consellería de Traballo e Benestar a través del plan de cooperación local. Moaña pidió a la Xunta una subvención de 68.057 euros para contratar a 16 trabajadores de forma temporal. Cinco de ellos se destinarían a adecuar y abrir las instalaciones de O Beque. Santomé espera que estén operativas a finales de este mes. El Concello pidió ocho socorristas destinados a la vigilancia de playas. Dos de ellos tendrán como función evitar problemas en la piscina de O Beque.

El concejal, que reconoce que no contemplan abrir el restaurante ni la zona de camping de O Beque, asegura que la zona de las pistas se acondicionó recientemente para la celebración de un torneo de tenis, y se muestra convencido de que la piscina podrá utilizarse sin mayores problemas, pese a que en estos momentos no se encuentra en buen estado de conservación. "Temos que contratar a súa posta a punto, que nun par de días podería estar lista", explica.

Más allá del programa de vigilancia de playas y piscinas, que contará con trabajadores contratados por dos meses, el Concello solicitó personal para reforzar los departamentos de Secretaría e Intervención, para conservación de edificios y cuatro personas para mantenimiento de jardines. En estos departamentos la duración de los contratos será de seis meses.

Sin candidatos

El plazo para la presentación de ofertas para gestionar de forma privada el complejo de ocio de O Beque está concluyendo y, de momento, no se presentó ningún particular ni empresa interesada. La razón estaría en el alto canon, pues las bases marcan un pago mínimo de 16.509,21 euros al año que deben abonar los gestores al Concello. Jorge Santomé entiende que, si el concurso queda desierto, podrán iniciar de nuevo la tramitación pero estableciendo un precio por el canon de unos 4.800 euros al año, que considera mucho más realista y acorde al rendimiento económico que los posibles gestores puedan sacarle a este espacio.

La gestión se concedería también por un mínimo de ocho años, prorrogables hasta un tope de 32 años.