El monte de A Gándara, en Moaña ha vuelto a ser protagonista. Si la semana pasada fueron localizados en este paraje, próximo al casco urbano, y viviendo en una tienda de campaña, los cuatro jóvenes fugados de Vigo, ayer volvió a ser noticia por la caída de dos de los tres cables de la línea de alta tensión Pontesampaio-Cangas, de 66.000 voltios, que suministra de electricidad a la comarca de O Morrazo, y que cayeron muy cerca de dónde sigue la tienda de campaña y junto a una casa, que tuvo que ser desalojada, aunque sin daños para las dos hermanas, el marido de una de ellas y la hija de doce años, que en ese momento estaban en su interior. El incidente no afectó, sin embargo, al suministro en la comarca gracias a la doble alimentación de la línea Lourizán-Cangas con la que Fenosa mejoró el servicio en O Morrazo.

El suceso ocurrió cerca de las diez de la mañana cuando una empresa talaba unos árboles en una finca junto al tendido. Uno de los eucaliptos cayó sobre la red y partió los dos cables de la línea, en el tramo de A Gándara a Pedroso, que quedaron sueltos dando latigazos con chispas. Los tres trabajadores de la tala resultaron ilesos aunque tuvieron que echar a correr para evitar ser electrocutados. Uno de los cables estaba plantando fuego en el monte, según testigos; y el otro cayó sobre el vial de Carrachal, muy transitado ya que es un atajo al casco urbano y que de forma inmediata fue cortado por la Policía Local y la Guardia Civil que procedieron al desalojo de las viviendas en un radio de 200 metros. A primera hora de la tarde seguía cortado mientras los operarios de Fenosa no acababan la reparación. Al lugar se desplazaron también bomberos.

Sólo hizo falta proceder al desalojo de una de las casas, ubicada en el número 89 del Camiño da Gándara. La otra ya estaba vacía. El desalojo se prolongó durante unos 45 minutos.

Fueron precisamente las personas que estaban en la casa desalojada las que dieron la alerta a Emergencias del 112 que movilizó a las fuerzas del orden.

En el momento del suceso se encontraban dentro tres adultos -dos hermanas y el marido de una de ellas- y una niña de doce años que no sufrieron ningún daño. Se da la circunstancia de que esta misma casa había sufrido ya un incidente con el tendido de alta tensión cuando un cable cayó y tocó la alambrada de la finca que quedó electrocutada sin que la propietaria y dos de sus hijas pudieran salir hasta que Fenosa cortó el suministro: "El portal echaba chispas y desde la casa de enfrente otra hija me decía que no saliéramos", dice Carmen Entenza que también recuerda otro incidente con un árbol que cayó en el tendido hace unos 20 años: "Salvo estos casos, después no hay problemas", añade. Ayer había salido de casa para ir al médico antes de que ocurriera el percance. Fue alertada por sus hijas que no subiera caminando por el monte, como suele hacer, por el peligro de los cables sueltos.