Usuarios del centro de Afamo, para personas que sufren alzhéimer, realizaron esta semana dos actividades que rompen la monotonía de su día a día y que tienen una clara función terapéutica. Ayer por la mañana confeccionaron pulseras de plástico aprendiendo de una decena de niños de unos 11 años. La iniciativa partió de una de las pequeñas, Claudia Coya. Desde Afamo explican que la actividad tuvo un objetivo múltiple. Por un lado sirvió a los propios niños para "sensibilizarlos y que sepan que los mayores enfermos de alzhéimer son personas normales. En las fases iniciales son como sus abuelos", apuntan.

Por otro lado, la actividad tiene una finalidad terapéutica con los mayores. "Hacer pulseras es una labor compleja, que le permite desarrollar la motricidad fina, el manejo de los dedos". Pero lo más importante son las reminiscencias de realizar actividades con niños. "Es como estar con sus nietos y eso activa muchas áreas cerebrales", apuntan desde la asociación.

Por otro lado, el lunes unos 20 usuarios del centro de Moaña realizaron una visita a las carpinterías de ribeira que utiliza la asociación de embarcaciones tradicionales Sueste. "Sirvió para que trabajasen mucho la memoria, porque todos recuerdan perfectamente la diferencia entre cada tipo de barco tradicional", explica el terapeuta ocupacional de Afamo, Pedro Gaspar.

Algunos de los asistentes a la visita guardan una relación estrecha con los astilleros tradiciones. Teresa Cancelas, por ejemplo, recordó cómo su padre trabajaba en ese mismo espacio durante su infancia.