El atrio de A Madalena, presidida por la capilla románica del siglo XII que alberga la imagen de San Blas, cerró ayer tres días de las tradicionales fiestas en honor al santo abogado de los males de garganta, al que visitaron centenares de devotos de toda la comarca, aunque los partes meteorológicos no eran la mejor tarjeta de invitación. "A pesares do tempo, temos que decir chapó", sintetizaba ayer el presidente de la comisión, Constante Soliño, tras finalizar el programa de actos celebrados bajo una carpa cerrada también por los laterales que, en su opinión, fue clave para una afluencia generosa de visitantes y que "todo saíra aínda mellor do esperado".

La bendición de los panes es uno de los actos que despiertan mayor interés, y en esta edición se mantuvo el hábito. La ceremonia evoca el milagro que habría realizado San Blas para desvanecer el pan obstruido en la garganta de un niño y evitar así males mayores al pequeño. Por eso son los pacientes con enfermedades de garganta y personas con dificultades para deglutir quienes copan las primeras filas a la hora de pedir o agradecer protección y favores. A la posterior misa solemne, cantada por la coral polifónica Queixumes, de O Hío, también asistieron, entre otros, el alcalde, José Enrique Sotelo, y la concejala Lucía Lede.

La coincidencia del día grande en lunes animó a la comisión a adelantar las actividades para hacerlas coincidir en fin de semana, donde las verbenas nocturnas tienen más margen porque no hay que madrugar al día siguiente. Las orquestas Marbella y Televisión amenizaron la apertura, el sábado; Filadelfia y Pontevedra se encargaron del cierre, el domingo. Los números ganadores del sorteo de la comisión son el 1.001 (cena y desayuno en el Hotel Bienestar Moaña); 1.137 (pase para el thalaso); y 1.053 (cena en restaurante).

El próximo año San Blas cae en martes, y la organización ya tiene planificado pasar los actos al fin de semana posterior, según adelantaba ayer su presidente, que agradece el apoyo popular.