Todo el patrimonio relacionado con la historia económica de Cangas vinculada al sector pesquero y, sobre todo, a la fábrica de Massó y que se almacena desde hace años en el interior de esta nave se encuentra en un estado precario, no en vano sufre unas condiciones impropias para su conservación en un espacio en el que incluso llueve en su interior. Para tratar de poner freno a este deterioro el Museo do Mar de Galicia, con sede en Vigo, se involucrará a la hora de proteger el material. Antes de formalizar un convenio de colaboración la directora de este espacio, Marta Lucio, visitó ayer la nave de la antigua factoría Massó en compañía del alcalde, José Enrique Sotelo, y del conservador del Museo do Mar.

El primer paso de este organismo será catalogar todos los elementos con valor patrimonial almacenados en la fábrica que se encuentra en estado de abandono. Una vez realizado este trabajo, se buscará la mejor opción para su conservación, siempre con el objetivo de que formen parte de la colección que se exponga en el futuro museo que el Concello pretende construir en una de las naves de Ojea y que tendrá como ejes esenciales las industrias ballenera y conservera, el patrimonio arqueológico recuperado en las excavaciones en el monte de O Facho e incluso tendrá un área dedicada al poeta Bernardino Graña.

Utensilios de distinto tipo utilizados en una fábrica que dio empleo a tantas mujeres de Cangas forman parte del material que se va a catalogar, como una rueda de transmisión con su engranaje de hierro, dos calderas de vapor, mesas de trabajo de madera e incluso un gran "maquinillo" para el arrastre de ballenas. También se conservan distintos utensilios de menor tamaño para los trabajos manuales. No faltan las lanzas para inyectar aire en las ballenas, arpones y ganchos de arrastre.

Se complementan con vasijas de gran tamaño, como las ubicadas en la rotonda de Aldán, y huesos de ballena, una parte de los cuales se encuentra ahora en el colegio Nazaret con fines educativos.