Eso de contar ahora con la predicción meteorológica para varias semanas permite a los amigos del disfraz y el requiebro carnavalesco adecuar su traje a las inclemencias del tiempo. Tal vez por esa razón ayer se vieran cientos de personas disfrazados de animales amorosos. Es una prenda de abrigo y hay desde osos hasta cebras, tigres, gatos, canguros, conejos... No importaba tanto la estética como estar caliente para correr o entroido más famoso de Vigo y su área metropolitana. Ese viaje iniciático que parte de Iglesario y que ayer acabó en Vilanova y que hoy finalizará en Donón debía de llevar consigo aparejado un premio, no como el que se alcanza ganando el jubileo, donde hay indulgencias plenarias y otras bondades para el alma, sino más relacionadas con la carne. Al fin y al cabo es Don Carnal al quien se festeja.

Hubo suerte, y durante la ruta, que por la mañana partió de Iglesario recorrió Liméns y Vilariño para volver de nuevo a Iglesario, no llovió. El temido granizo que cayó en Vigo aquí no se dejó sentir, aunque el personal iba preparado. Fueron la gaita y el tambor los encargados de ahuyentar a los fenómenos meteorológicos adversos.

La muchedumbre paró en Iglesario a reponer fuerzas. Allí tomaron plazas, soportales, terrazas, ultramarinos, aparcamientos y restaurantes para avituallarse para lo que quedaba del día. Había hombres vestidos de mujeres, mujeres de hombres, osos amorosos, piratas, presos, indios y vaqueros, cupidos, jugadores de fútbol americano, un equipo de la selección gallega de bosleig, miembros de la Guardia Real inglesa, Asterix, Obelix, bomberos y también gaiteros. La hora del descanso era un espectáculo para la vista, el olfato y los oídos. La gaita se dejaba escuchar en cada rincón, acompañando esas canciones de toda la vida: Pousa e pousa e non me toques naquela cousa. El frío jugó malas pasadas, al dejar sin voz a muchos antes de lo previsto.

Las máscaras se tomaron su tiempo para disfrutar de la comida. No había prisa para marchar hacia Vilanova, etapa final de la marcha de ayer. Hoy es la etapa reina, que desde Iglesario llevará a las máscaras a Donón.

En Aldán también empezó el entroido, con las charangas por Piñeiro, Gandón y Menduiña. Los fuegos de artificio y los tradicionales petardos asustaron a una yegua y a su potro, que escaparon de la Finca do Conde y fueron atropellados por un coche en el que viajaba una familia. Los animales fueron sacrificados. A los ocupantes del vehículo, por suerte, no les pasó nada.