El gobierno del PP de Moaña y los dos grupos de la oposición BNG y PSOE votaron ayer unidos en el pleno monográfico a favor de la moción de la Plataforma en defensa da ría, avalada por una docena de colectivos, contra el proyecto del parque eólico de Pedras Negras, que afecta a este municipio y a los de Marín y Vilaboa con la instalación de 14 aerogeneradores. El proyecto se encuentra en la fase de autorización administrativa por parte de la Xunta, en periodo de información pública. El alcalde, José Fervenza, dio el protagonismo al arquitecto local Juan Rivas, que explicó las características técnicas del documento y criticó sus dimensiones, de tal envergadura "que son cifras que se nos escapan y difíciles de imaginar". Así dijo que la extensión del parque abarcaba un triángulo sobre la cima de Domaio, Marín y Vilaboa, cuyo lado más largo tendría 15 kilómetros y recorrería todo el borde montañoso de la columna vertebral de los montes del Morrazo. Se vería en un radio de 20 kilómetros y su construcción implicaría 17 kilómetros de viales para el paso de los camiones góndola de 60 metros de longitud que transportarían las palas.

Rivas desglosó el proyecto con la proyección de planos que figuran en la documentación presentada por la promotora del parque eólico Enel Green Power, de los que criticó que estaban llenos de "atrancos" para no entenderlo y que incluía 1.700 secciones mudas, "una tomadura de pelo". Aparte de las dimensiones de los molinos, con 119 metros de altura, afirmó que se proyectan sobre una plataforma de 92 x42 metros en hormigón, que va a suponer una "auténtica agresión" ya que se realizarán desmontes de 25 metros de altura: "Se romperá el monte para aterrar". Los fustes tendrán 20 metros de diámetro y la instalación de los molinos necesitarán de una grúa de con un brazo de 130 metros. Además aclaró que el proyecto lleva asociado la construcción de una subestación de 110 x 75 metros.

Le pareció sorprendente la desinformación que generaba el estudio de impacto e hizo espacial incidencia en el acústico que la promotora dice que será insignificante, de 40 decibelios a 350 metros de distancia. Rivas dijo que tuvo que indagar para saber qué significaba esa cifra de decibelios y explicó que era comparable al ruido de un cortacésped o al paso de un tren. Por último calificó como "joya del proyecto" las conclusiones que hace la promotora acerca del proyecto de que dice que será una intervención humana en el paisaje que puede incluso resaltar su aspecto natural, introducir dinamismo y seguir favoreciendo el desarrollo sin elementos contaminantes y una expectativa de prosperidad para los vecinos. También asegura, según señaló Rivas, que en conjunto es positivo, que los impactos no son significativos y que tendrá beneficios para la lucha contra el cambio climático y socioeconómico.

Tras el arquitecto, intervino Sergio Regueira, en representación de la Plataforma de defensa da ría que presentó la moción de rechazo al parque con el apoyo de una docena de colectivos, y en la que además, del rechazo, pedía eliminar al Morrazo del área de reserva eólica de Galicia.

El turno de los políticos lo abrió el portavoz del PSOE, Víctor Pastoriza, que se preguntó cómo era posible que un proyecto llegara hasta donde llegó en un monte en donde a los vecinos no les dejan ni construir un corral ni una cuadra para caballos. Se lamentó de que el equipo de gobierno no hubiera llegado a este pleno con una alegación consensuada y que con tanta protección que hay "llegara este tremendo proyecto". Pastoriza se mostró convencido de que el proyecto no saldrá delante y la Guardia Civil no acudirá a proteger los camiones con tanta oposición al tiempo que reconoció que había que hacer una labor en el parlamento y que por se motivo se encontraba entre el público la diputada Carmen Gallego echando en falta a la diputada del PP, Berta Pérez.

Por su parte, el portavoz del BNG, Xosé Manuel Millán, que añadió a la moción tres puntos, que fueron aprobados, uno de ellos convocar una manifestación, señaló que estaban a favor de las energías eólicas y renovables pero en contra de la utilización, uso y beneficio privado que se hace. Añadió que había más perjuicios que beneficios y que había que salvar los montes de O Morrazo que son en "islotes" dentro de una zona periurbana. Según Millán este proyecto es la guinda del programa de urbanización del monte al que se asiste desde hace doce años, como fue la construcción de la vía rápida y que a día de hoy no se está libre de que se exploten canteras para ver cómo queda el granito blanco de O Morrazo.

En representación del grupo de gobierno del PP intervino la edil de Urbanismo, Susana Varela, que insistió en el rechazo al proyecto. El presidente de la Comunidad de Montes de Domaio, Juan Santos, en representación de la Mancomunidad de Montes de O Morrazo intervino entre el público para señalar que la empresa falseaba en los planos la situación del monte porque lo presentaba como un desierto con imágenes de cuando se quemó en 2006 y ahora está todo regenerado, se quitó el eucalipto y se plantó pino con el que llega el carballo. Por último intervino Ana Pastoriza, del equipo de arquitectura de Juan Rivas, para insistir en la necesidad de pasar página, de empezar a escribir un libro en blanco y reinventarse en contra de estos proyectos.