El pesquero "Soy del Mar" se hundió a primera hora de la mañana de ayer frente a la isla de Ons después de golpear contra una roca y los tres miembros de su tripulación pudieron ser recogidos sanos y salvos en escasos minutos por otro barco que faenaba en la zona. El accidente ocurrió alrededor de las 7.30 horas en un lugar conocido como A Malaca, al sur del puerto de la isla y frente a Canexol, y la maniobra de rescate se completó antes de que la embarcación se escorase y hundiese de todo. El naufragio ocurrió en una zona de poca profundidad y poco después el "Soy del Mar" pudo ser izado y trasladado al puerto de Bueu gracias a la ayuda de un buzo y de dos bateeiros de la localidad.

La tripulación del barco hundido estaba formada por el armador y patrón, Juan José Costas y de 23 años de edad, y por los marineros Luis Eduardo Méndez, y José Ángel Sampedro todos vecinos de Bueu y de familia isleña. Sólo el último sufrió un corte, por lo que cuando llegó a tierra recibió atención médica. El accidente se produjo en un entorno que conocían bien y justo en el inicio de la jornada de trabajo, cuando estaban a punto de largar las nasas por primera vez. Todo indica que el barco golpeó contra una roca y que en la posterior maniobra para salir de la zona se produjo la vía de agua. El propio patrón reconocía que el hundimiento fue muy rápido. "Son momentos de tensión, pero reaccionamos bien. Nos fuimos a la parte con mayor flotabilidad, nos amarramos unas boyas y pudimos esperar agarrados en la barandilla a que nos recogiesen", explicaba al llegar a tierra. El barco que los recogió fue el "Románs", otra embarcación que se dedicaba a la pesca del pulpo y que se presentó allí en apenas "tres minutos".

El patrón mayor de Bueu, José Manuel Rosas, se encargó de inmediato de organizar un operativo para intentar reflotar el "Soy del Mar" a la mayor brevedad. Dos barcos bateeiros de la localidad, "Molubesa Tres" y "Preguntouro", se prestaron a colaborar en las tareas y se desplazaron de inmediato a la isla. Poco después de las 10.30 horas comenzaron las labores para izar el buque, un trabajo en el que fue clave el marinero y buzo buenense Alfredo Budiño. "Estaba faenando por la parte exterior de la isla. Escuché el aviso por la emisora y como tenía el equipo de buceo en mi barco fui para allí", cuenta. Él se encargó de sumergirse en la zona donde estaba el "Soy del Mar", del que solo se veían las antenas de comunicación del puente, y de atar los cabos y trincas para que luego las grúas de los bateeiros pudiesen izar el pesquero. La maniobra fue complicada y se prolongó más de hora y media, pero finalmente a mediodía se pudo iniciar el traslado hacia el puerto de Bueu.

El trayecto se realizó sin incidencias y pasadas las 13.30 horas las embarcaciones estaban en la parte exterior del muelle buenense, aunque antes de entrar en la dársena se acometió una nueva maniobra. Los barcos buscaron refugio en Banda do Río y allí Alfredo Budiño, que pertenece al Club Buceo Ons, volvió a sumergirse para taponar con goma y madera la vía de agua para que el "Soy del Mar" contase con algo de flotabilidad. Así, una vez en la dársena el pesquero pudo realizar por sí mismo los últimos metros para entrar en el foso de la grúa travel lift, desde donde fue levantado a la rampa de varada. La operación concluyó cerca de las cuatro de la tarde con los agradecimientos de Rosas y del patrón del barco a los bateeiros y al buzo Alfredo Budiño. "Perdieron una jornada de trabajo por venir a ayudar y a echarle un cabo a un compañero", alaban.

Juan José Costas, armador y patrón del "Soy del Mar": "Conocemos bien la zona, quizás nos confiamos"

Juan José Costas estaba ayer evidentemente apesadumbrado a su llegada al puerto de Bueu. Reconocía que el accidente se debió a que "nos confiamos un poco" y a un posible despiste en una zona de bajos. Los hechos ocurrieron en el entorno de Canexol, un lugar que conoce bien y "muy cerca de donde mi familia tiene una casa", cuenta.

El joven es propietario del "Soy del Mar" desde hace dos años y ahora toca valorar daños. "Hay que cambiar todo el sistema eléctrico, aparatos, limpiar el motor y el trabajo de carpintería ya que la quilla también está rota", explicaba. Por ello calcula que tendrá que estar en el dique seco aproximadamente un mes, con todo lo que eso supone. "Dos hijos, una casa y el mío es el único sueldo", relataba preocupado.

No obstante destacó que "afortunadamente nosotros estamos bien", así como la colaboración recibida en el operativo para reflotar el barco. "No hay dinero que pueda pagar esto", sentencia.