Son cuatro los accidentes que registró el Corredor do Morrazo de cierta entidad en lo que va de año. Todos ellos en los últimos días, con colisiones frontales. Se trata de cuatro avisos que por suerte no dejaron ningún herido de gravedad ni ningún fallecido, pero el guión de la película es conocido desde hace tiempo por los vecinos de la comarca, en su mayoría usuarios de esta carretera, y por desgracia suele acabar en tragedia. El número de salidas de vía es alto, en consonancia con la alta densidad de tráfico que soporta el vial, pero los mayores problemas vienen por los choques frontales que se producen cada vez que algún vehículo invade el carril contrario. La velocidad a la que se circula en la carretera –un máximo de 100 kilómetros por hora– obliga a extremar la precaución y los sucesos de los últimos 20 días son una señal de que cada despiste se paga caro.

El propio conselleiro de Infraestructuras, Agustín Hernández, señaló hace una semana que las medidas de seguridad adoptadas en enero tienen un carácter urgente, y por lo tanto son provisionales, hasta lograr el desdoblamiento de la carretera y su conversión en una autovía. Forma con la que tendría que haber nacido, toda vez que la experiencia demostró en O Salnés y O Barbanza que el modelo de corredores conlleva una alta siniestralidad y siempre acaba en un desdoblamiento.

Hernández comprometió un nuevo proyecto para construir la autovía desde la rotonda de Domaio hasta la primera salida de Cangas, abaratando así costes. Una salida que rechazan familiares de víctimas –10 personas perdieron la vida desde que se inauguró a finales de 2005– que reiteran que la única solución debe ser una fuerte inversión para que toda la carretera tenga cuatro carriles y una mediana que separe ambos sentidos.

Cada vez se hace más necesaria una actuación antes de que haya que lamentar nuevas víctimas, lo que no exime de adecuar la velocidad y la atención a las características de la vía, como advertían ayer, con discreción, operarios del servicio de conservación de Estradas.