La mayoría de la asamblea de comuneros de Moaña acordó ayer, a propuesta de la abogada de la junta directiva, dejar sin efecto el contrato firmado en el año 2003 con la Agrupación de Interés Económico que lleva una década tratando de desarrollar un polígono industrial en el monte de Cruz da Maceira. Con solo tres votos en contra, trece abstenciones y 108 votos a favor se aprobó la rescisión del contrato. El primer paso es facultar a los rectores para negociar con los empresarios y buscar una salida amistosa. En el caso de que no se alcance un acuerdo emprenderían las acciones judiciales pertinentes.

El convenio fue suscrito y aprobado en 2003 y preveía, mediante la figura del "mutuo acuerdo expropiatorio" ceder a los promotores del polígono una parcela de terreno comunal de 241.000 metros cuadrados. A cambio los empresarios entregarían a los comuneros 25.000 metros cuadrados de terreno ya urbanizado. Según la abogada Belén Raposo este acuerdo sería nulo al incurrir en varias irregularidades. Explicó que será imposible que el Registro de la Propiedad admita estos terrenos al ser una "compra-venda encuberta". Recuerda que la Lei de Montes solo contempla la permuta de suelo comunal por parcelas que vayan a tener el mismo uso de explotación forestal.

Asimismo, entre los argumentos esgrimidos la junta directiva apuntó que la legislación exige, en toda permuta, que la comunidad reciba terrenos por un valor similar "e non sabemos o precio que terán eses 25.000 metros cuadrados urbanizados se algún día se executa o polígono". Los servicios jurídicos alertan también de que el contrato permitiría a la Agrupación entregar la superficie dividida en varias parcelas que no podrían escoger los interesados. A este respecto el presidente de los promotores, Luis Alves, que estaba presente al ser comunero, aseguró que su compromiso pasaba por no dividir los 25.000 metros cuadrados. También recordó que el ámbito final se ha deducido y que solo se verían afectados unos 150.000 metros cuadrados de monte vecinal.

Durante dos horas se debatió este asunto en una tensa asamblea. Algunos asistentes hablaron de "condicións abusivas" y lamentaron no conocer todos los términos del acuerdo cuando dieron su visto bueno en 2003. Alves, por su parte, solicitó sin éxito posponer la votación "para buscar un achegamento", y critica que el colectivo que representa no fuese informado de que se iba a proponer esta rescisión.

En la decisión final de muchos socios de la Xunta de Montes pesó la decisión del ejecutivo autonómico de excluir el proyecto de Cruz da Maceira de la aprobación parcial del PXOM. Los que tomaron la palabra ven muy lejos la posibilidad de desarrollar este proyecto, pero todos se mostraron dispuestos a reiniciar las conversaciones, con unas nuevas condiciones, si la Xunta de Galicia da su visto bueno.

Terrenos improductivos

El redactor del proyecto de ordenación del monte de Moaña que está en vigor, Alejandro Arias, también se mostró partidario de rescindir el contrato. Esgrimió como principal argumento que se firmó sin fecha tope y desde entonces esos terrenos no pueden ser explotados por los comuneros y no generan beneficios, "aunque los debemos limpiar porque para Medio Rural siguen siendo de la comunidad".

Argumentó también razones de índole ecológica para alertar de que en Cruz da Maceira nacen cuatro afluentes del principal curso de agua dulce de Moaña: El río de A Fraga. Finalmente, Arias aludió a las dificultades que entrañaría el polígono a la hora de que la madera extraída de sus montes obtuviese las acreditaciones de sostenibilidad ambiental, que serán obligatorias dentro de tres años para poder comercializarla.

Esta decisión supone un duro revés para los promotores del parque empresarial, que todavía aspiran a superar todos los informes contrarios a la instalación y obtener el visto bueno de la Secretaría Xeral de Urbanismo en la aprobación total del PXOM que busca ahora el Concello.

Los empresarios estudiarán la legalidad del acuerdo

Tras la votación Luis Alves exigió saber si había quórum suficiente para adoptar el acuerdo y afirmó que analizará los estatutos por si cabe una impugnación. Asimismo, se quejó de que no recibiese la carta con el orden del día hasta el pasado miércoles "cando normalmente avisan con 15 días de antelación, o que dá bastante que pensar", apuntó.

El secretario de la junta de montes, Ezequiel Fernández, alegó que se superaban con creces los 100 asistentes y por lo tanto el 50% de los socios. Asimismo, mantiene que se comunicó la asamblea "en tempo e forma, con anuncios no tablón do Concello, en prensa e en todos os barrios. Unha proba disto foi a alta asistencia".

Al margen de este convenio los promotores han invertido cerca de un millón de euros en la adquisición de terrenos privados en el entorno de Cruz da Maceira.

El propio Fernández fue objeto de insultos a través de unas pintadas que aparecieron a primera hora de la mañana en la entrada del local social de A Tioura. Afirma que no se las puede atribuir a nadie. "É un asunto que non me afecta persoalmente, pero me fastidia polo dano que lle poida facer á comunidade", alegó ayer.

Fían el futuro del proyecto al Plan Sectorial de la Xunta

Alves mostró su confianza en que finalmente la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras valore positivamente la alternativa de un polígono compartido entre Moaña y Marín. Ya han presentado las correspondientes alegaciones para cambiar la baja valoración que obtuvo este proyecto en el Plan Sectorial.

Los que también hicieron públicas sus alegaciones esta semana son los integrantes de la red ecologista A Ría Non se Vende. Insisten en que tendría un impacto ambiental y social negativo.