La crisis económica también se deja sentir en los montes de O Morrazo. Los comuneros de O Hío, en Cangas, iniciaron en agosto la tala de los eucaliptos de la zona de la ladera de Vilariño, que ardió en los incendios que asolaron la comarca en 2006, y la intención es repoblar esta superficie, de más de 4 hectáreas, con carballo, pero a través de bellotas que ellos mismos recolectarán en lugar de comprar plantas cuyo coste les supone 3 euros por unidad. La tala fue adjudicada a una empresa maderera de la comarca que a día de hoy continúa con las labores debido a que se trata de una zona rocosa, de difícil acceso. La madera que se corta se apila en los terrenos del futuro centro de salud de Aldán-O Hío.

La tala no tiene un fin económico, sino ambiental ya que se intenta retirar toda la madera quemada y cortar el eucalipto. El secretario de la Comunidad, Daniel González, asegura que la zona tiene mucha pendiente y las últimas riadas arrastró la tierra, por lo que ha quedado mucha roca, de ahí que primero probarán con las "landras de carballo" o bellota, que recolectarán por los carvallos de la propia comunidad, ya que no tienen confianza en que la planta agarre. En cuanto al eucalipto, dicen que seguirá naciendo porque no se ha hecho tratamiento para evitarlo. De todas maneras prefieren que sea así para dar sombra a los posibles brotes de carballo. Los comuneros llevan dos años repoblando con árboles autóctonos la altiplanicie de Can de Vilalonga en donde ya han plantado más de 200 carvallos y sorbieras.