No habrá moción de censura. José Fervenza seguirá siendo el alcalde de Moaña durante los próximos cuatro años pese a estar en minoría. Ayer los negociadores designados por el BNG para cerrar un pacto de gobierno, que permitiese a la mayoría de izquierdas retomar el poder, han roto las negociaciones. La razón no está en el reparto de áreas ni en el funcionamiento interno del futuro gobierno, sino en la fecha para efectuar la moción. La ejecutiva local del PSOE decidió, por unanimidad, que no se plantearía un cambio de gobierno antes de las elecciones generales fijadas para el 20 de noviembre. Desde el BNG consideran que esto supone utilizar "a vontade do pobo expresada nas urnas" para hacer "electoralismo", dando por cerradas las conversaciones.

Ayer ambas partes mantenían la cuarta reunión formal, en la sede del PSOE. De ambos lados reconocen que las negociaciones iban por buen camino, con la organización interna de un gobierno bipartito prácticamente cerrada. Hoy tocaba hablar de las competencias que tendría cada concejalía, antes de efectuar el reparto de las mismas, pero ya no se llegó ni a tratar el tema.

En el PSOE optaron por ser "francos" y revelar a sus interlocutores el resultado de la reunión de la ejecutiva celebrada el jueves. Los socialistas defienden que su intención si que era cerrar una moción de censura, "pero despois das eleccións. Só eran dous meses de espera", señalaba tras la reunión la responsable local de organización, Amelia Pérez. Aseguran que su prioridad actual es centrarse en las elecciones generales. "Eles interpretan que aínda están moi lonxe, pero os comicios xa están enriba de nós. Unha moción implicaría unha forte crítica diaria do PP que pode facernos dano", añade Pérez. Desde el lado socialista se especula incluso con la posibilidad de que una moción afectase a los resultados del PSOE en todo el área de Vigo.

Con dureza se expresó ayer el responsable local del BNG, Suso García. "O PSOE decide que goberne o PP", comentó. A pesar de admitir que la reunión, que se prolongó durante hora y media, fue cordial, rechaza la postura de los que deberían pasar a ser sus socios en el gobierno. Asegura que sus interlocutores eran conscientes de que su posición era retomar el poder lo antes posible, "para restablecer a normalidade democrática. Os veciños dixeron que querían repetir un goberno de esquerdas". En este sentido, García considera que aguardar a las elecciones generales "é xogar coa xente. Un fraude á cidadanía e para iso que non conten co Bloque". Cerró así la puerta a que se retomen las negociaciones después del 20 de noviembre. Eso sí, matizó que el PP gobernará cuatro años en Moaña según se ven las cosas "a día de hoxe".

De todas formas, desde las filas nacionalistas no ocultan que será "moi difícil" recomponer las relaciones con el PSOE en Moaña, recordando también que el voto en blanco en la sesión de investidura del exconcejal socialista Arturo González fue lo que motivó que el Partido Popular se encuentre en estos momentos al frente del Concello. Aquella situación también obligó a limar asperezas entre ambas formaciones e incluso a cambiar los interlocutores que debían alcanzar el pacto de gobierno.

Con los portavoces municipales de ambos grupos –Xosé Manuel Milán y Víctor Pastoriza– fuera de la mesa de negociaciones, en las últimas cuatro reuniones la responsabilidad recaía en el propio Suso García, el edil Valentín Piñeiro, y el miembro del consello local Odilo Barreiro por el BNG y en Amelia Pérez, la exedil Teresa Suárez y el integrante de la ejecutiva Francisco Osorio por el PSOE. La segunda intentona tampoco llegó a buen puerto.

Demandas

En cuanto a las demandas que mantenía el PSOE antes de que se pusiese fin a los contactos, consideraban esencial que solamente existiese una Tenencia de Alcaldía, que recaería en la persona de Víctor Pastoriza. La posibilidad de que Pastoriza obtuviese las llaves de la Alcaldía durante las vacaciones de Xosé Manuel Millán y la firma delegada en los asuntos de su área eran otros temas en los que el consenso se antojaba complicado.

Eso sí, todo apunta a que los socialistas habían renunciado a reclamar la igualdad de fuerzas con el que sería su socio en el poder en las distintas comisiones de gobierno.