El monte comunal de la parroquia de San Tomé de Piñeiro, en el Concello de Marín, se vio ayer afectado por un peligroso incendio que obligó a movilizar a numerosos medios, incluyendo aviones, helicópteros y servicios de emergencia de otros municipios. La fuerza del fuego fue tal que la humareda se podía ver a varios kilómetros de distancia y se extendió por toda la Ría de Vigo. En Moaña y Vilaboa la Policía Local recibió numerosas llamadas de vecinos alertando del incendio, pensando que se encontraba en estos términos municipales. De hecho, hasta el entorno del campo de golf de Domaio llegaron cenizas procedentes de Santo Tomé y que reforzaron ese temor.

El fuego se declaró poco antes de las cuatro de la tarde en la subida al lago de Castiñeiras, cerca de la carretera PO-313 que une a los ayuntamientos de Marín y Moaña. Las primeras estimaciones apuntan que se vieron afectadas más de cuatro hectáreas de monte y afortunadamente la cosa no fue a mayores porque no se registró un viento como el de los últimos días. Para intentar sofocar el fuego se movilizaron todos los medios disponibles en el momento, incluyendo dos aviones, dos helicópteros y efectivos de Medio Rural.

Hasta Marín se desplazó también una dotación de Protección Civil Moaña y otra de los Bombeiros do Morrazo. El servicio del parque comarcal no está diseñado para actuar en fuegos forestales, pero sus efectivos fueron movilizados porque se temía que las llamas se acercasen a las casas. Hasta el lugar se desplazó un vehículo de primera intervención y el camión nodriza para suministrar agua. Los bomberos del parque actuaron en las labores de extinción del incendio, que tenía dos flancos, y regresaron a Bueu hacia las ocho de la tarde. Una de las tácticas empleadas para controlar el fuego fue la apertura de un cortafuegos con un "bulldozer" y que se reveló efectiva.

Este no fue el único incidente de carácter medioambiental que sufrió ayer el municipio de Marín. Aproximadamente a la misma hora en la que se registraba el incendio se detectaba una avería en las bombas que ocupan la antigua depuradora de la zona ubicada frente al antiguo matadero, lo que provocó un vertido de aguas residuales en la playa de Mogor. El problema quedó solucionado a media tarde, cuando entró en funcionamiento un sistema de evacuación.

Por otro lado, los Bombeiros do Morrazo también estuvieron en Marín por la mañana, pero por motivos bien distintos. Los agentes acudieron a la guardería de San Pedro, donde los niños les entregaron un cuadro pintado por ellos como homenaje y reconocimiento a su trabajo.